Nunca serás el lecho que quise,
ni serás el arroyo.
Nunca serás el pozo de mis deseos,
ni serás el último beso.
Y quise en tu pecho dormir,
por tenerte una vez vendí mi alma al diablo.
Y quise de esos ojos tuyos tener la cálida mirada,
más siquiera fue. (El tiempo se cruzó entre dos).
Tú aquí, yo lo que fue, el pasado.
Triste, aunque le encuentro belleza.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola.
EliminarMuchos besos.
Epitafio cardíaco.
ResponderEliminarPodría ser, o no.
EliminarSeré. No tendrá duda mi señora. En la sombra, pero seré.
ResponderEliminarBesos siempre, siempre.
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