Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 7 de junio de 2019

Como suenen, o como se entiendan



Guarapo

Embestir la tierra, quedamente,
sin mediar sílaba…

Hambre, hambre, solicitud.
Dame la teta repleta de vacíos,
y como una pasa, se derrama la nada.

Algún cuervo hilacha los hombros,
de los rostros umbríos…

Y llora el niño en una cuna de mimbre,
y llora su madre, por no tener que darle..








Por esos momentos a solas


Me soñé mis muslos morenos,
y la bajada de besos, que se derramaron,
como la tinta, en el papiro..

¿cómo podría habitarme?

Sería como un árbol, augusto sabor,
entre sus ramas me vengo, a dormir,
plácido mecer…





Nobleza

Una objeción: tú me hablas desde un mundo inédito al mío.
Pero te entiendo, te amo. Roes un hueso, y me pareces una paz,
entre la guerra, entre las sangres que adornan banderas, no hay pulcritud.

Acontece que un sol no brille: a veces se me va la piel y los huesos al piso,
con la imperiosa necesidad de volver, a la calidez de tu vientre, madre…

¡Oh!,pero te amo: roe, con la inocencia de un nonato. Te amo Chiquita.


Un obsceno recuerdo

No tenía más de unos años de adolescencia,
tenía una enredadera: prisión permanente.

Maldita dislexia de los días, en las letras de la prensa,
no entender la opresión (sumisión),porque los bocadillos
con chocolate eran untados de falacias…

No tenía más de unos años de adolescencia,
verlo cadáver, en la tele en blanco y negro: Volver a jugar, volver a nacer: libres.




El pecado está en el fondo del mar


Sedimentos apolillados en la mar, naufragios por un trozo de pan,
por una puerta que hubiera podido vislumbrar el mismo rayo de sol,
del mismo sol que centellea por los justos.

Aquella caracola es un corazón sin gota de vida,
todo se fragua en el abismo, al lado de luzbel…
Un cataclismo se ha expuesto en los mercadillos,
en los escaparates, en las avenidas.

Sedimentos apolillados en la mar: ¿alguien sabe a dónde se habrá ido la verdad?.
Quizás en los despachos, con el humo de los puros haciendo jirones hasta un techo sin cielo.
Una montaña de oro vale más que la dignidad : caracolas vacías de preñez.

























Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...