domingo, 28 de diciembre de 2014

La guerra es algo odioso, perverso; es un lobo hambriento buscando su presa en cualquier esquina; la guerra es un Minotauro con grandes garras que se atreve tapar el sol y se atreve silenciar las voces de un Hallelujah en cualquier templo del mundo; Teseo pues, una vez mas, habrá de derrotarlo...,

viernes, 26 de diciembre de 2014

Un payaso representa lo que podríamos definir la amplia sonrisa, que, se queda en los rostros de los que lo admiran y contemplan; pero en su nobleza y su afán por hacer reír a los demás se esconde también ese sentimiento de tristeza que mantiene oculto; pero pobre de aquel que piense lo banal de ese rostro alegre, porque se puede enfrentar a un gran actor que se toma la libertad de abofetear su ignorancia...,

jueves, 25 de diciembre de 2014

Quizás no haya que preguntarse a menudo el porqué de tanto vacío pueda contener nuestro yo cuando observamos aquel petirrojo afanado por sobrevivir, o a esas criaturas espléndidas correteando por el parque; por lo tanto creo que no son esos momentos tan maravillosos los que provocan desazón; la traición nos persigue siempre, pero hay una fórmula con la cual podemos resolver ese dilema, y, es recobrar las ganas de vivir,..

martes, 23 de diciembre de 2014

Hijoputez sincrónica




¡Más alto, más alto! decía aquel señor. ¡Espalda erguida! , decía la señora aquella toda vestida de negro; enjuta, blandiendo al aire el bastón igual que una espada.
Por entre los cristales unos gatos lamiendo sus patas. Arrecia la lluvia, de tal modo, que los chuzos caen como dardos envenenados y los rosales mueren al instante, ahogados, ahora sus caritas rosas castigadas, porque, el viento, azota, azota, azota…, La milicia cruza la calle a pié marcando el paso, uno, dos, uno, dos. Un millón de pasos chapoteando, y las ranas croan, croan y no paran de croar. Una fila de gallinas decapitadas y junto a ellas las ristras de ajos se agitan al soplar la brisa.
 Danza, danza ella y los tobillos sangran, sangran. ¡Más alto, más alto! ¡Espalda erguida!...,


lunes, 22 de diciembre de 2014

Y sin embargo los coches parecieran devorar las anchas avenidas y cercan los jardines, casi, dijo. Cierto es, pero aún así de ese modo, las miríadas de estorninos y el griterío de los chiquillos cuando salen de sus clases hacen que , ese papel celofán gris, se torne de un color naranja tornasolado: La vida, pues.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Quien tenga un intrépido ejército de pensamientos positivos luchando en la cabeza será afortunado, pues siempre ganará las batallas...,

sábado, 20 de diciembre de 2014

Cuando las personas obvian algo que debían decir o que debían hacer entre unos u otros no siempre puede significar rechazo, o pereza, porque no siempre algún abrazo o algún beso sea lo que realmente necesiten. Por lo tanto, la soledad de cada individuo en un momento determinado del día o de la noche puede ser algo mas hermoso, mas intenso, que compartir ciertos modos de hacer el amor, o simplemente un guiño; de modo que, la soledad en cierto modo puede provocar el más intenso sentimiento...,

jueves, 18 de diciembre de 2014



Imposible no escuchar, no mirar, quedarse inmutable ante la desgracia que surca el cielo igual que un dragón lanzando lenguas de fuego en las espaldas de miles de vidas; entonces queda un silencio espantoso y es ese mismo silencio el que ahora penetra en mis oídos como un halo de hielo; cuan  vergonzosos los pretextos, qué cruel puede ser el hombre y su vanidad, su fanatismo…,

De soledades

En algún otro momento hubo pensado en aquel señor de la esquina que vivía en un tabuco y que había muerto un domingo al amanecer; pudo haber sido un marinero en la pesca de bajura, un profesor, o un escultor, como quiera que sea se fue, igual que nos vamos todos algún día, se dijo. Le  había visto pasar delante del jardín, pareciera que cojeaba de un pié, con una gorra gris de visera ocultando su rostro. Le hubiera gustado preguntarle: ¿Qué tal el día hoy, cómo se encuentra, necesita algo?, esas preguntas se quedaron en su pensamiento y aquel señor nunca giró la cabeza para contestar; nunca se detuvo para hablar. Al fin y al cabo sólo era un mendigo, un hombre solo. Cuan poco humildes somos, qué fácil es callar las palabras que no salen de las bocas, que se quedan dentro perforando cada día un poco más las víscera...,

martes, 16 de diciembre de 2014

Mi reina.



Nos conocimos un día a primera hora de la mañana en la estación de tren que lleva a Baluba. Yo no estaba de muy buen humor, pero ella me sonreía y eso suavizó mi carácter. Cogimos el mismo tren y casualmente el mismo destino, o eso pensé, porque ella hizo lo posible para coincidir. Más tarde me di cuenta de ello. Sabía que se sentaría a mi lado, yo, lo deseaba.

Me pidió un pitillo y volvió a sonreír, le dije que no fumaba, pero ella no dejaba de sonreír y uno de sus dedos se introdujo por entre mi pelo: Un pelusa, dijo. Tenía el dedo humectado y dejó su rastro en mi frente. El recorrido a Baluba había comenzado, y el de nosotros también. Empezamos a mirarnos y a recorrer cada centímetro de nuestros rostros: Los labios, los ojos, la barbilla… , Había soplado delicadamente mi flequillo rizado y sin darnos cuenta, yo, había introducido mi mano por debajo de su falda y tanteaba y llegué a su sexo libre y uno de mis dedos se deslizaba por él llegando fácilmente al clítoris erguido, duro. Ella hacía lo mismo, su mano entró debajo del pantalón y separó el calzoncillo y se apoderó del pene, sí , era suyo, era el pene que había estado buscando, era su juguete. No hace falta decir que me puse como un loco apasionado, sin nada que pudiese frenar ese lujurioso encuentro. Yo sabía que ella no tardaría mucho en tener un orgásmo, al igual que yo. De modo que su mano agitaba el pene lascivamente. Se mordía los labios y gemía. Yo, debí pensar que ese clítoris era un pastel de moras, porque mi dedo frotaba mas y mas rápido aquel templo de placer, aquel río de melaza.

Tenía las piernas separadas y jadeaba mientras hacía lo posible porque yo explotara y llenara todo de mí. Así permanecimos un buen rato, hasta que ya ninguno de los dos pudimos evitar lo inevitable. !Sí, así , así, mi reina!

Las casas que habité hubieron de tener muros de papel y dejarse entrever las muchas historias en el jardín o junto a la fuentecilla y por la vereda y los parterres repletos de geranios que allí se vivieron, pero fue tan correctamente indiscreta la gloriosa y honorable familia, que por más que intento recordar un detalle aquí o allá, seguramente alguno se ha quedado tapiado, y es que es tan terrible nublar los días felices, tanto, como querer ocultar esa luna gigantesca acomodada encima de nuestras cabezas…,

domingo, 14 de diciembre de 2014

Creo que las las batallas mas cruentas son las que nosotros mismos creamos, cuando al sentarnos en un banco de algún parque tenemos la rara habilidad de pensar un cielo gris, o en bandadas de pájaros muertos; de modo que, casi siempre se queda dentro la inmensa belleza de cualquier flor o, ese olor a pan recién hecho y el almizcle que pueda liberar un campo de magnolias...,

viernes, 12 de diciembre de 2014

Dejarse ir al pié del abismo ,desplegar alas y aprovechar la corriente cálida, sería semejante a un suicidio voluntario, pero con la diferencia de poder sentir todos y cada uno de los latidos del corazón durante el viaje; saber que uno, está vivo...,

martes, 9 de diciembre de 2014



Y sin embargo soy humana y esos sentimientos que permanecen en la penumbra afloran y hago caso omiso de lo que se haya infundado a lo largo de mi vida;entonces devoro al amor igual que una posesa y me eximo por ello...,

lunes, 8 de diciembre de 2014

Ese descaro que es el que define quizás lo que realmente soy,no es ni mas ni menos que la tremenda osadía de mi persona ante los males y los absurdos que se puedan anteponer cada día en cualquier lugar donde suelo acudir, o cuando estoy en compañía de seres potencialmente cínicos e hipócritas...,

domingo, 7 de diciembre de 2014

Una carta para mí






Siempre ha sido tu lugar preferido, además, las ramas se han extendido mucho a lo largo de estos años; parecieran los brazos de mamá arropando…, ¿Las garcillas?si, claro, es evidente que por ésta época del año estén por aquí. Antes también regresaban en bandadas igual que los niños cuando salen de sus clases girando aquí o allá, si, garcillas, miles de garcillas revoloteando hacia el lago…,
La cometa que papá nos hizo era igual que el rostro de una geisha, tan bella, serenamente alzaba el vuelo y la brisa soplaba cada vez más fuerte y la cometa se erigía mas y mas alto  hasta casi rozar  las nubes de algodón.
Ahora es cuando quizás tú me digas que soy una romántica empedernida, si, y tienes razón, lo soy. ¿Prometes no reír si recordamos el día de la bicicleta?Aquel día fue  de los inolvidables, si, eso fue realmente. Los días inolvidables son los que nunca desaparecen de nuestras vidas, siquiera por la falta de memoria, igual que aquella señora viuda de las tienda de frutas, que, aún en su aislamiento mental, de cuando en cuando, se le dibujaba una sonrisa y resultaba graciosa la mueca de su boca mostrándose feliz de algún recuerdo agradable que acudía de tarde en tarde; pues algo así quería decirte, que esos son los días que no se olvidan, y ya sabes lo que sucedió con el paseo en bicicleta, más bien el corto paseo. Quise girar para volver a casa y aquel demonio de cacharro se dirigió hacia la bajada de piedras negras hasta llegar a casa de la abuela; por poco me destrozo la cara,me había estrellado en el muro de la escalera que daba al cobertizo, donde se guardaban los aperos. Miles de pajarillos daban vueltas alrededor mío y no supe donde estaba hasta que la tía gritó y entonces fue cuando pude abrir los ojos y pestañear todavía algo aturdida. Encima mamá me reprendió por ello.
La huerta de maíz era realmente hermosa y cuando los rayos del sol se adentraban por entre los trigales, se me antojaba un joyero repleto de centelleantes luces…,
Lástima que el piano del señor Robinson hubiese terminado en la hoguera, ¿Te acuerdas?. Nos gustaba tanto escucharlo por las tardes. Desde la habitación de la abuela se oía perfectamente. Qué música más bonita, claro está, que con las manos delicadas del señor Robinson no podría salir más que cantos de ángeles por entre las teclas.
La vereda que surcaba los huertos llevaba a la charca, era un lago hermoso  con los nenúfares adornando igual que las flores en los sombreros de las señoras…,
Luego el tiempo pasó, pero tan lentamente, que aún tengo en los labios el sabor de la mermelada y de los higos. Si cierro los ojos puedo ver las sábanas de encaje ondeando al viento, igual que la cometa, cuando papá nos llevaba a la playa en verano. Las chalupas y las cometas, todo un lienzo de colores…,
Las tías, los primos, el colegio de la señorita Margarita; todo ello sigue en mi memoria, nada ha quedado en el olvido…,


¿Crees que estará oyendo?- No lo dudes, ¿Es que no has  visto cómo sonrió, cuando leiste lo de la bicicleta?...,



viernes, 5 de diciembre de 2014

En la noche

Allí estabas, tu pelo, tus ojos... exactamente igual que yo, y si yo hacía algún gesto por muy pequeño que fuese, tú también. Cuando creí que todo iba bien, que sólo era mi imagen ante el espejo sobrevino el terror, y la sangre comenzó a brotar de mi pecho.
Antes de desplomarme pude ver cómo sonreías, cómo te alimentabas de mi corazón...,



Pobre de aquel que en su vanidad crea que el mayor de los inconvenientes sea prescindir de la sombra que pueda proporcionar un sauce, o de ocultar los rayos del sol con un ancho muro gris; porque será igual que llenar el alma con un puñado de tierra…,

jueves, 4 de diciembre de 2014



Creo que las guerras son decisivas en cada cabeza de cada gobernante por el modo en que reaccionan ante la injusticia y el dolor de las madres al ver a sus hijos con desgarradores gritos…,




lunes, 1 de diciembre de 2014

Probabilidad



Los ocupantes del salón de té debieran procurar tener sus espaldas bien rectas y adoptar una postura coherente cuando las tazas humean, eso sería lo correcto, según las costumbres del lugar; pero las espaldas rectas en tal caso no tendrían que ser motivo suficiente para poder saborear un té, de modo que, éste, sobremanera sabría a manjar de dioses ahora en la montaña, ahora en el salón; por lo tanto las bienaventuranzas no siempre llevan capas púrpuras en los hombros, ni joyas adornando escotes…,

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...