Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

lunes, 27 de diciembre de 2021

jueves, 23 de diciembre de 2021

Hoy el alma mía desgarrada está


Hoy el alma mía 

desgarrada está

de visita por tu casa

y no estás

Te fuiste amigo

por esa escalera 

te quiero

te quiero

olvidar jamás

volveremos a vernos


PD. Volveremos Ramón. 

 

Pende de mi pecho el rojo cáliz


Pende de mi pecho

el rojo cáliz

de tus labios


Cuando llegará

el día

verte, verte

Por campos de olivos

trotan caballos

golondrinas surcan un Cielo


No es distancia

es desgana

un abandono


Arrasa el fuego

que llevo

pronto cenizas

quedarán



 

Lo que no pudo ser



Lo que no pudo 

ser

veo pasar

aquel tren

no pude

esperarte

en el cuarto andén

El tiempo no coincidió


La mar llora

sobre mis hombros

devastador

es su silencio


El reloj

cruel marcando

las horas, los días

por aquella ventana

rayos de luces

miman mi alma


En aquesta orilla

de entre los juncos

un día de otoño

primavera fue








 

Un prado de recuerdos.


Te has ido

he soñado

allá, detrás

de las montañas

un prado de recuerdos


Un vendaval

ha hecho remolinos

las golondrinas

se han ido

Aquel lago

es el espejo

ahí veo

en lo hondo








 

Entre tejados.


Ya ha vuelto

el palpitar

que desde un corazón

late

Entre tejados 

la gata largas

horas

se recrea en la Luna

Ya ha sonado

un, dos, tres, cuatro, cinco, seis

las campanas

De cigüeñas

y sus nidos

¿Dónde anidarán?


 


 

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Reina soy.



Y si por algún motivo

arrecie la lluvia y

me encuentre dormida

mejor será de los sueños

Reina soy


Por si vienes y no estoy

una señal en mi puerta

espero


Soy un alma rebelde

prisionera en un cárcel



Ayer me pregunté

si podría 

verte

en primavera

di que si?


Hay un oasis 

dentro de mi 

de retales e inquietudes.



 

martes, 21 de diciembre de 2021

Por el mero hecho de ser lesbiana.


Era un insulto a su persona eso pensó, cuando pudo escuchar a unos muchachos burlarse de María.

Por el mero hecho de ser lesbiana.

Si, era un insulto. De ninguna manera habría de permitir aquella burla insultante.

De modo que se acercó y preguntó el porqué se comportaban de ese modo: "es cosa nuestra, así que vete de aquí, viejo".

La muchacha lloraba incansable.

Le ofreció el pañuelo y la miró con cariño.

Luego se fueron, se alejaron de aquellos desdichados, pobres criaturas incultas.

¿Cuál es tu nombre?, dijo Efraín.


-María, contestó la muchacha.

Te invito a comer, hay un bar muy confortable en aquella esquina. 

-Claro respondió-.


Pasaron unas horas muy agradables, hablaron de esto y aquello.


"Si los juncos se abrazan

los nenúfares se besan

las mariposas se aman

el amor es lo más puro

que pueda haber

como el tuyo y el mío"


Qué bonito poema, dijo Efraín


Es sólo un sentimiento, el mismo 

que me abraza desde el día en que

nací.









Sensibilidad extrema.


 Sensibilidad extrema .


Dar vida al adiós

Con los rotos y gozos

De esas canciones.


Déjame que te cuente

Que tú también eres el poeta
que por aquellos años
ya te lo dije

Déjame que te cuente

que el olvido no se lleva
Lo leído

Que nunca muere lo vivido

Que las ganas se van

Al otro lado


PD. GUS..

lunes, 20 de diciembre de 2021

La mirada de las mariposas.

 


Hecho la mirada hacia atrás

y alguien tose

alrededor se cubre

el cuerpo de mariposas


¿La mar es asesina?

quizás si. En la inconsciencia natural

Pero es desgarrador

gritos que nadie escucha

profundo valle


El espejo me dice que

esa niña soy yo

está alegre

y me da la mano


Anoche dormí con él

las sábanas volaron

los besos se quedaron



Ese piélago de estrellas

ilumina la vida de muchos



La historia se vive

igual que el presente

y el futuro



Hoy me quedé ahí

en ese abismo

es mi destino.


viernes, 17 de diciembre de 2021

Estado de inconciencia.


El sopor hizo que entrara en un estado de inconciencia que a su vez se convirtió en un aletargamiento que siguió en un sueño. El sanitario había entrado en la habitación con la bandeja donde se hallaban las medicinas y la jeringa.

Tropezó en el pie de la señora y esto hizo que los utensilios volaran, con tan mala suerte que la jeringa se clavo en uno de los dedos (el dedo gordo).


Esto provocó que quedara totalmente dormida (la morfina tiene eso).

El sueño duró mas de dos horas, porque nadie supo si en verdad dormía naturalmente o era provocado por el pinchazo.

Cuando alguien duerme profundamente a veces sobrevienen los sueños más relevantes de la memoria:


"El bombardeo era cada vez mas fuerte. Pronto las casas serían arrasadas. La comarca había sido tomada.

Cada cual reservó su vida como pudo, algunos corrieron donde la bodega en el sótano. Otros en la iglesia.

Aquellas personas levantaron la alcantarilla y bajaron a las profundidades de esa otra selva oscura.

La niña lloraba incansable. Sus padres habían desaparecido.

El mundo cruel de las guerras se los había arrebatado.

Pasaron unos cuatro días y la bebé sobrevivía comiendo restos que encontraba por entre los muerto, restos de pan, y algo más.

Alguien extendió la mano haciendo un gesto para ayudarla.

Sin dudarlo se pegó a esa persona que la tomó en brazos y la llevó al cuartel militar donde estaban los enemigos.

Era un comandante que no había podido tener descendencia.

De modo que adoptó a la criatura"


En Francia, año 1940.

 

 





Y me pregunto en algún momento




del despertar al despuntar

el día: Una alondra, mariposas, un Cielo



De la mano voy sujeta a la vida

si es por pensar que es sujeción 

¿Sumisión?


Veo desde mi ventana el nacer

flores variopintas

Aves circundando


Una perla suspendida en el Cielo

es la Luna

me ciega

como sus ojos



Cruzo la callejuela

por si 

te

veo


Más, siquiera una brizna

un beso lejano

nada

olvido

pues

Resignación la mía

no corresponde edad

ni tiempo alguno




 

jueves, 16 de diciembre de 2021


 Cómo te extraño mi amor porque será.

Jardines y demás.

Del parque que se halla en el mismo centro de la ciudad se alzan diferentes clases de tallos, ramas, y también palmeras. 

De procedencia indistinta veo allí tallos, que surgen como torres: verdes, de hojas lanceoladas. Una extrema belleza.

Ahora hay transeúntes algunos se adentran para disfrutar de una mañana soleada como la que es ahora en estos instantes; otros toman asiento para leer la prensa. 

Aquella señora se ha molestado, porque uno de los tacones se ha enterrado entre los zócalos. Quizás lo mejor que pueda hacer es dejarlo ahí. 

Hay jacintos muchos jacintos, se me antojan infantes cuando salen en bandadas como los pajarillos. A la vida, al Sol.

Detenidamente observo a un caracol, es curioso, porque recorre una pequeña vereda con la parsimonia y elegancia que le corresponde. Se adentra, quizás también disfrutando de la mañana, cualquier vida aquí se hace un cielo azul, maravillosamente azul.

Aquel caballero se acerca a la fuente y hunde sus manos en el agua cristalina, y suspira, suspira como si se tratase de un alivio, algo que le haya estado martirizando. 

Pero no dejo de ver el recorrido del caracol, que ahora se ha encontrado con cuatro más.

¿Un desayuno?


¿Una despedida?

Como quiera que hoy en este parque grandioso, su naturaleza verde, sus animalillos, los transeúntes, yo volveré a el, y es que una pretende dejar que entre la vida, respirando profundamente, observándolo todo.

Volver a la niñez.


¿Eres tú?


-¿Yo? .


Alguien dijo, pero siquiera pude ver su rostro.



 

Ya se van talando ramas, troncos.

 

Ya se van talando

ramas, troncos

de maldad será

más, de eso abunda

¿Cercenar?


Más, el vuelo de las mariposas

que de hadas parecen

¿Dónde hallaré la verdad?

Si al volver 

nada he de ver

nada que de mis manos

pueda besar


Decidme pues

¿Qué he de hacer?

De este modo de vivir

no es el gusto mío

En aquesta cima

os espero, oscura













miércoles, 15 de diciembre de 2021

El reloj no marca las horas


El reloj no marca las horas

en este día aciago

La rin razón ha vuelto

en las espaldas de muchos


Y nado a contra corriente

por ver si llego

a una orilla diferente



Más, siquiera una brizna

de brisa en mi rostro

se es propicio el recuerdo

que tengo de él


El olor 


El sudor

Su boca

Su mirada

Todo él


Aún en la distancia

sin poder 

le recuerdo


El reloj no marca las horas

en este día aciago


Entre yuyales 

en los juncos

como ave de paso

seré

 

martes, 14 de diciembre de 2021

Algunas personas.

 

Algunas personas cruzan la calle, otras vienen de frente.

Aquella guagua está repleta de personas, ahora gira a la derecha, 

desaparece al entrar en aquel túnel.



¿Me compra algo?, dice la señora.



-Una limosna por favor, dice Lucas el señor que fue a la guerra y se dejó allá la memoria y el alma.


Ahora cae al asfalto el señor con bermudas, lleva dos bolsas.

¿Le ha pasado algo?, ¿se hizo daño?, dijeron dos señoras.


Tengo el móvil en las manos y entra un Wass: entonces nos vemos a las dos de la tarde en la tasca el Pecado?-

Si, claro.


Pero qué bonitas esas gaviotas aún en la confusión por sobrevolar el centro comercial. ¿Se habrán olvidado del mar?.


-Lleve un numerito señora la suerte está de su parte, dijo Gregorio-


Hay en aquella esquina un perrito, lanudo. Espera a su dueño, o dueña. (sabe que lo premian con alguna golosina).



Lo asombroso es poder observar, quedarse un rato en el mismo lugar.

Oh!, las bienaventuranzas que nos da la vida.


¿Quieres otra copa?.


Claro, todas las que sean y más.


Qué pillina eres-


No, no es cierto, es que vivo ahí dentro, en lo hondo.


Aquel puente es leyenda. Por lo bello y porque en él se han 

dejado ir muchas personas.


Hoy la ciudad huele a naftalinas, será porque es antigua.



Lucas fijate que hoy te llevo conmigo a la tasca. 

Quiero que seas feliz, que se te rompa el corazón de tanta 

alegría.




Se que Lucas me visita casi todos los días, deja flores: Jacintos.

Limpia el porche y reza un Padrenuestro, y un Avemaría.


Lo sé, si. 



 



Sería como pisar la hierba al ver que vuelves.


Sería como pisar la hierba 

al ver que  vuelves

La hierba verde, esplendorosa.

Sería como desnudar al mundo

si te has ido

Sería sentir la brisa, tú brisa

en mi rostro

Sería un compás

un remolino de sensaciones

Estar a tu lado es como

cambiar de mundo

buscando otro camino


Sería dejar- me 

en el olvido

Ser la causa de tu partida

es lo correcto

Sí, lo es


Sería escuchar música ya sea 

en el Cielo o Infierno


 


Sería frivolizar, si realmente sería eso: un Sol espléndido, el mar calmo. Siquiera había reparado en ello. Sólo se preocupó de escoger el vestido par la fiesta, lo demás nada importaba.

La peluquería, los zapatos, las medias, el maquillaje etc.

¿Era frívola?


¿Si o no?.


Coño es que una no puede dejar lo demás para estar divina joder!.





 

lunes, 13 de diciembre de 2021

El claxon de aquel coche negro.

 

El claxon de aquel coche negro, el del último viaje, hizo que despertara.

El alcohol había hecho que se sumergiera en un profundo sueño, como si no estuviese allí. A duras penas pudo levantarse del catre y echó un vistazo por el ventanuco. No sin antes beber la última copa que se hallaba al lado de la mesita de noche.   Pensó igualmente que podría haber entrado en el triangulo de las Bermudas, tenía la lengua acolchada y dudó de todo. 

Y es que cuando los sesos se hidratan de ese modo es difícil saber o interpretar que cosa sucede, cual es la realidad, o no. 


De modo que se quedó unas horas allí mayestático. 

¿Qué edad tiene?, ¿Quién era?. ¿Porqué vivía de ese modo?






Soy descaro, soy loca.

 

Soy la  que tantas veces 

se adentra  al vórtice de mis propios

remolinos y pesadillas.


Soy descaro

Soy loca.

Anuncio mi bipolaridad,

y el mundo se ve de otro modo

en ese lecho estuve con-tigo.

Soy la maga de Cortázar,

abrigada junto al río.

En las madrugadas cuando la oscura

quiere arrebatarme todo.

Soy quien acude cada noche 

al tugurio donde soy persona.



"¿Qué decís?"


"Más,¿ sois vos un fantasma?

soy yo que ando en otro mundo

y no me pertenece.

Marchaos pesadilla, dejad que duerma".



jueves, 9 de diciembre de 2021

El modo en que puedo permitirme una total ausencia.

 



Ese estado de ingravidez que, al contemplar lo cotidiano, es lo que siento, es como estar dormida, o ausente. Al esperar en el ceda el paso de una calle cualquiera me otorgo a mí misma eso. En realidad es algo que siempre he padecido.

Mientras, esos segundos de espera en que una se queda mayestática a la espera de que algún vehículo deje que cruce la calle, se hacen toda una eternidad. Es como contemplar una película sin sonidos, es una brisa suave, dulce como un beso que siento confortablemente. De modo que en esos momentos de mudez ante mí surge un gran carrusel: aquel edificio está en obras, hay personas que entran y salen, algunos en la última planta, otros en la acera dirigiendo todo. La tienda de sombreros de la esquina tiene un escaparate precioso: toda clase de abalorios. Los sombreros son como joyas, algunos llevan incrustados pequeños cristales de colores.


La cafetería a estas horas está repleta de gente, toman café, o desayuna. Aquel señor está fuera en un mesa escribe algo en su cuaderno, parece porteño. Es alto, moreno, de unos sesenta años, además bastante atractivo. A veces las personas llevan cuadernos consigo porque siempre hay cosas que anotar: frases, palabras sueltas, o un diario.

Mientras tanto sigo ahí, etérea. Hace mucho que espero, aunque sólo hayan pasado unos segundos.

Hay flamboyanes, son preciosos, copados de flores. Aquella señora sufre, sufre porque tiene el rostro compungido, solloza. Cree que nade la ve, pero yo si. Ese estado de levedad me permite ver todo con calma. Colores, olores, situaciones. Probablemente le hayan dicho que tiene que pagar la hipoteca porque de lo contrario la desahuciarán, o tal vez, es porque el amor de su vida es una quimera, aunque a ella le haya parecido lo contrario.

Quizás es ella la que tiene el problema: esquizofrenia, o es alcohólica. En algún momento en la prensa saldrá la noticia de su suicidio. Una vida vacía. Una lucha inútil.


Siquiera un avión del ejercito con un sonido estrepitoso volando casi al ras conmueve mi cuerpo.

Sigo ahí en otro mundo. Es placentero. Como una criatura en el vientre materno.

Alguien me besa, pero realmente no ha sucedido, yo puedo percibirlo, pero no hay nadie en esos momentos.

El caballero porteño abandona la cafetería y lo puedo ver enfrente espera para cruzar la calle.

Alguien dice que puedo pasar y es en ese momento cuando vuelvo a la realidad.

Nos cruzamos y nos miramos a los ojos, dejamos que se unan las manos con una leve caricia.



Reeditado.





Obsesión

 


Volvió a levantarse y otra vez había colocado bien el cuadro, que aparentemente nada habría de revelar que en algún momento éste se hubiera esquinado, pero su visión era diferente a cualquiera que en esos momentos se encontrara en la sala, era tan equidistante de las demás, que pareciera esa, la única percepción, la de que el cuadro se torciera. Ésta vez se había inclinado ligeramente hacia el lado izquierdo, incluso la tela de araña casi se había desprendido dando girones en el vacío, y eso no lo permitiría, para eso estaba allí oteando, casi sin pestañear, haciendo guardia, firme y conteniendo las ganas de ir al servicio, incluso.
El desayuno se había enfriado y el bollo, y la leche, y el zumo de naranja parecieran que se hubiesen revertido y nunca hubieran estado allí, en la mesita, como si el mantel blanco solo fuera una luminaria, sería entonces eso, pura y llanamente una fuente de luz...
Pensó en mudar de sitio la tela de araña, cómo habría de dejar sin casa a la araña, jamás haría eso, por muy efímera que fuera su vida era un ser vivo, de modo que ahora viviría en otro cuadro, justo en la esquina derecha, ahí estaría bien y encima se lo agradecería, el dejarla seguir con vida, dejar que su nueva casa fuese tan confortable como a él mismo le hubiera gustado la suya propia, porque por esos días se encontraba ausente y no sería lo mismo, las comodidades del hogar propio, a la habitación donde se le había destinado, ya iba para seis meses de ocupa. Mientras discernía si el cuadro debía estar inclinado ligeramente a la izquierda o derecha, pero jamás en el centro, mientras pensaba eso en solitario, y meditabundo, a la vez que preocupado, el doctor Matteo revisaba el largo historial de casi cuarenta páginas y naturalmente dudaba si un permiso, aunque fuera de pocos días vendría bien a Vittore...

Aciago pensar.


Este aciago pensamiento 

en pesadilla se ha vuelto,

Entre juncos, burlón.

Aquí y allá con un turbulento

vagar.


Más, qué puedo hacer, sólo dejar

a la deriva, a la deriva sin rumbo,

incierto caminar.

Este aciago pensamiento

de luces quisiera que pueda ser,

más, cruel es pensar:

Siquiera una nota en la esquina

de un papel.



 

martes, 7 de diciembre de 2021

El artista de Viena.

 Con un paño de fieltro retira los restos de linaza, dos pasos atrás y observa el lienzo, ahora el magenta reluce igual que una perla irisada. Los ocres van surgiendo igual que dedos de sol, iluminan igual que el oro el cielo. Surge el porche que embellece el portalón, a un lado y al otro dos sillones emergen con pinceladas sutiles, gotas ambarinas a su alrededor hacen que adquieran la apariencia de dos hermosas vestales; ahora toma en su mano la brocha mas gruesa, y un arco inmenso se refleja encima del tejado, las estrellas adquieren la viveza de los ojos de los niños, de los mismísimos ángeles…, la satisfacción que le produce terminar la obra provoca un inmenso suspiro de alivio, vuelve a sonreír. El hotel de carretera había acaparado casi todo el lienzo, más bien un bello parterre de lirios en el Olimpo parecía, volvió a sonreír.

Rara atmósfera.

 Circunspecto, atusando el bigote, con la oreja pegada a la radio, el señor de la tienda de sombreros parecía de cera; para nada había escuchado los vítores que en la calle ancha se prodigaban al hombre, que altivo enarbolaba la mano desde una tarima ridícula. La oreja había permanecido atada a la radio, como si fuese la prolongación de la misma, y es que hay veces que las personas se mimetizan de tal forma que una no sabría distinguir una cosa de la otra.

De modo que toda una amalgama de  sonidos y voces se podían escuchar. Era fácil poder intuir que él se encontraría ahí dentro, junto a ese mundo tan misterioso y real, por el modo en que reaccionaba cada vez que la oreja se fundía junto al aparato, como una loncha de queso  cuando viaja en el microondas.

Voces con noticias de esto y aquello, sonidos relevantes que hacían trotar hasta los caballos, y el caballero de cera envuelto en ese humo misterioso, en ese otro lado.

Sobre mi propio tejado.

 


Sé la imposibilidad

de lo que no puede, o pudo ser.

Soy sola y ando sobre mi 

propio tejado,

Estas telas que llevo

de púrpura vestida

es el renunciar

a ese olvido-recuerdo



lunes, 6 de diciembre de 2021

Las calles estrechas tienen magia.

  



Ya no se llevan calles estrechas, sin embargo  aún se pueden ver en cualquier ciudad del mundo.

Las calles estrechas tienen magia, al menos yo lo creo así. En las calles estrechas abundan toda clase de seres y cosas, y humanos también. Por ejemplo: los grillos, los cubos de basura con peladuras de limón, peladuras de papas, y peladuras de muchas cosas, tantas que se ven colmados, los cubos.

También muchas colillas, algunas aún con resto de pinta labios, y otras simplemente son colillas apuradas en el transcurso de la noche una, tras otra, mientras se juega a una partida de cartas, atrás del tugurio, por eso el whisky, por decir whisky, porque podría haber nombrado cualquier otro brebaje, habrían de ir igualmente al cubo de basura, las botellas, vacías del todo.

Esas calles estrechas algún día serán solo un recuerdo en el tiempo de alguien. Porque ya no cabemos, y ahora lo que más abunda son las calles anchas y largas, avenidas que parece que engullen a todo el que se adentra. A mi me parecen selvas. Pero no son verdes, esa es la diferencia. Son multicolores por las luces que llevan las farolas, y por los adornos de navidad, si es el caso que fuera época de fiestas navideñas.

Pero yo me niego a eso de renunciar a las calles estrechas  con sus cubos de basura en la parte de atrás, o en la parte trasera. Las calles estrechas donde se duermen los tugurios a altas horas de la madrugada se han convertido en un culto, por decirlo así. Bares atestados de parlantes, con cigarros en sus bocas, con la música del trompetista que parece que nos lleva al cielo. Y sobre todo ¡ah, sobre todo! Los ricos bocados de tortillas, y de pimientos, que más que comida parecen besos con lengua...




Reeditado.

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...