Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

jueves, 31 de enero de 2013

Planta cero, puerta catorce

Ya no habría marcha atrás. El corazón quería salir de un salto y un sudor frío rezumaba por los rincones de la piel.
Cerró los ojos deseando que todo fuera un sueño, que  al abrirlos estaría en su cama, en su casa.
Una lágrima brotó seguida de unas cuantas más que surcaron el rostro, arrastrando los sedimentos de células muertas; desviándose al llegar al  tabique nasal y terminando en el pozo de sus labios temblorosos.
Resignado pensó en los días pasados, en lo años de la infancia, de la juventud; sentía como el cuerpo se entumecía cada vez más rápido.
Marga llegó a sus pensamientos, exuberante; entonces se concentró en ella y una tímida sonrisa se escapaba de dentro. La imaginó allí con él, acariciando su pelo ensortijado, besando su cuello rígido; recostada en su pecho, alfombrándolo con su larga cabellera negra.
Una mano se posó en el hombro desnudo, cayó como una losa de mármol; abrió los ojos con la misma angustia de antes, el cirujano le sonreía cálidamente.


domingo, 27 de enero de 2013

Mi vida en un libro

Es maravillosa porque vivo justo en la página de enfrente a la de mi amor, y cuando alguien cierra sus tapas, nos juntamos los dos.

sábado, 26 de enero de 2013

A punto de caramelo



La costura ha quedado perfecta, me dije. Qué manos tiene. Desde aquí arriba le veo trabajar; comedido, hilando con delicadas maneras. Cuando terminó dijo en voz alta: Terminado y apunto de  caramelo..


jueves, 17 de enero de 2013

La guarida


Mamá se pone contenta cuando regresamos con las bocas sangrientas. Nos premia con tres estrellas cosidas en el pecho.

sábado, 12 de enero de 2013

Me propongo ser feliz

No pude evitarlo y lo maté. Le había quitado  la vida y me sentía  repugnante por ello.
Me arrepentía una y otra vez, pero seguía ejecutando mis crímenes, que quedaban impunes ante los ojos de los transeúntes.
El crepúsculo me incitaba, llegaban de todos sitios. Odiaba su color y el ruido que hacían.
A Titono no podía cogerle, era muy rápido. Así que una tarde esperé que saliera de su madriguera. Llevaba las botas de scout relucientes. El cuerpo quedó fosilizado en el asfalto. Esa misma noche dejé la Manada de Lobatos. Me propongo ser feliz, me dije.

miércoles, 2 de enero de 2013

Un lugar secreto




Dejó el bolso y las llaves en una pequeña estantería. Esa tarde había  comprado para la fiesta unos zapatos negros de enorme tacón.
Si la hubieran dejado elegir recibiría el año sentada al borde de un  tubo de cemento, con los tejanos de siempre, las zapatillas roídas  y  una gran luna llena; como cuando era niña y se escudaba en aquel habitáculo, que fue refugio de sus llantos por alguna tunda y,  de los primeros desengaños amorosos.
 Repasó el correo, sirvió la cena a Pussy, y se puso el pijama de algodón biológico.
Sorbo a sorbo ingirió el frasco de pastillas. Al final había tomado la decisión.


Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...