Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 30 de abril de 2021

Las tardes



 En la azotea tenía plantados preciosos geranios. Si sobraba algún espacio, menta y perejil.

La luz del sol por la ventana al mediodía se reflejaba en el techo; me quedaba despierta contemplando el carrusel de luces recorriendo la habitación medio en penumbra.
Los martes, y miércoles el pastor visitaba la casa, y la oración culmina las tardes.
No hay día en que no recuerde aquel entrañable hogar. Cierro los ojos, y contemplo   la cajita donde sigue su sonrisa.

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