A pesar de la larga distancia que nos separa creo que la conexión entre ambas es la misma, y creo también que nunca hemos dejado de estar de alguna manera conectadas. Ahora es otoño y el paisaje se ve precioso, aunque, el grillo no deja de cantar, el que se encuentra debajo de la ventana, en el jardín.
El mismo jardín que compartimos hace mucho tiempo, pero ahora no tan frondoso.Naturalmente aprecio ese sonido,que para algunas personas resulta incómodo.
Tengo la sensación de verte ahí, hermosa, con el cabello brillante y liso, con los brazos apoyados en el quicio de la ventana mientras los niños duermen. Aquellos días en que eras tan dichosa regresan a mí, como una brisa cálida, y entonces sonrío.Yo estoy ahora bien y tú también lo estás, porque cuando recibas mi carta se te ensanchará el alma de alegría. Te quiero. Lo sabes. Hasta la próxima vez que te escriba quiero que recibas un beso de mi parte, que seguro que te llega, si, cuando vuelvas al quicio de la ventana mientras los niños duermen.
El mismo jardín que compartimos hace mucho tiempo, pero ahora no tan frondoso.Naturalmente aprecio ese sonido,que para algunas personas resulta incómodo.
Tengo la sensación de verte ahí, hermosa, con el cabello brillante y liso, con los brazos apoyados en el quicio de la ventana mientras los niños duermen. Aquellos días en que eras tan dichosa regresan a mí, como una brisa cálida, y entonces sonrío.Yo estoy ahora bien y tú también lo estás, porque cuando recibas mi carta se te ensanchará el alma de alegría. Te quiero. Lo sabes. Hasta la próxima vez que te escriba quiero que recibas un beso de mi parte, que seguro que te llega, si, cuando vuelvas al quicio de la ventana mientras los niños duermen.