Y sin embargo en el caer
de la tarde me vienes con
tu sombra, inundas todo.
Encontrar el modo de dejar
de sentirte, (un pliegue de papel amarillento).
Absurdamente incapaz de creer,
que se fue mi cuerpo lozano.
Y a pesar de eso te nombro,
cada día, a cualquier hora.
En mis sueños, no sueños,
como si la vida se burlara,
hizo que se cruzara el ayer,
el hoy...
Cuando es imposible
es imposible sentir como lo hago,
y vuelvo a mis días, (siempre, siempre).
Y sin querer la niebla se cruza,
y poco, a poco, ya no te pienso.
y poco, a poco, ya no es. (no existe).
Así es como la sombra se instala, me pregunto, si es el devenir de la tarde, de la noche, el movimiento del sol ( ilusorio) desde la tierra,
ResponderEliminarpero me resultó poéticamente bello, como si el dolor nunca muriera en esos trozos de alma cosidos a la vida.
Besos.
Qué descripción más bonita Amapola.
EliminarMuchos besos.
Creo que siempre será.
ResponderEliminarAunque no quieras.
Siempre, siempre...
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