Y si fue una promesa olvidada,
qué más da.
Cuando nunca fue promesa,
solo inquietud, pasión, sexo.
Hoy recorro las baldosas del
mercado por ver si en aquella
esquina aún te vienes
en cualquier olor, sonido, pasos.
Y si fue una promesa olvidada
qué más da, si ya sabía que
nada fue, pero fue un regalo
una dádiva. Llevo lluvia en mis ojos.
Emociona la lluvia de tus ojos.
ResponderEliminarGracias , Toro.
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