Eran de esos días que una cree, son especiales, quizás porque el desayuno había sido espléndido: tostadas, mermelada de naranja, bizcochos, café. El caso es que lo era, era especial, y por la brisa acariciadora que rodeaba los hombros de una; es algo que surge a veces, y no hay que preguntarse el porqué. Simplemente está ahí delante para ser admirado por quienes sean capaces de ello.
Un paseo mañanero sería maravilloso, hasta la arboleda del parque, y luego hasta los árboles frutales: naranjos, manzanos, limoneros, cerezos...
Sentí un poco de compasión por algunas personas, cariacontecidas, sin luz. Probablemente habían sido destinados para vivir así, o por ende, querrían permanecer de ese modo, por gusto, por tener que dar pena, o llamar la atención.
¿Es un fractal?
Si, claro, lo es.
-Pero a mi me gustan de mucho colores-
Pues coge más creyones tienes muchísimos, de múltiples colores-
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"No me sirve nadar en aguas mansas
si no estás, tú eres la tormenta".
Saludos, pues si que los fractales son muy bonitos, yo los he mirado por horas y siempre me maravillan aunque me asustan los nombres que les han puesto.
ResponderEliminarY vaya que fractal y frutal se parecen mucho, que hermosa manera de exponerlo.
Muchas gracias por tus palabras..
EliminarSaludos cordiales.
Hay gente que no ha tenido la que, intuyo, tu suerte. Fue maltratada de casi bebé, fue maltratada en su infancia, lo "borró" todo con una capa de olvido y lo recordó todo en un flash repentino pasados los 30, ya con trabajo, pareja...Somos personas que no buscamos dar pena ni llamar la atención, como tú crees, simplemente damos boqueadas desesperadas en un intento de sobrevivir. La psicoterapia se ha mostrado inútil, la medicación también, y nos arrastramos esperando que llegue el día final.
ResponderEliminarInquietante tu comentario. Tienes razón en cuanto a que hay personas que no tienen intención de dar pena.
EliminarTe mando un gran abrazo.