Claro que si, mañana iremos de paseo en bicicleta; además si hace buen tiempo nos quedaremos en la playa chica todo el día, dijo María Inés Robles.
Es otoño pero aún queda la tibieza del verano. De modo que así lo hicieron. No sólo todo el día, también toda la noche.
A mitad de mañana ya se habían mecido en aquellas olas, olas mansas, olas que acarician, y abrazan. Sus cuerpos desnudos en la arena negra simbolizaban lo que en realidad es la piel cuando es desprovista de telas, ropa... (dos deidades).
María Inés Robles supo desde su venida a este mundo que no sería fácil convivir en una tierra hostil.
Una bandada de estorninos se cruzó con una familia de gaviotas, y algunas nubes tomaron la forma de unicornio.
Aún seguían tumbados en la arena. María Inés Robles dibujaba con su dedo diferentes figuras en aquel cielo azul claro: árboles, montañas, besos.
¿quieres champán?.
Si, claro que sí, pero primero dame tu boca....
Los besos que encienden corazones...
ResponderEliminar:)
Mucho...
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