¿Para qué le pones ungüento?, dijo Doña Amalia Santos Perdomo.
Es perfumado, yo misma lo he hecho en casa, además me gusta, me gusta ver cómo la piel se queda sedosa, brillante, perfumada, le contestó María.
De modo que cuando María terminó con aquel cuerpo hermoso quedó satisfecha, la habitación parecía un jardín perfumado.
¿Quieres una copa?.
Si claro que si-
Pero te lavas las manos con jabón y lejía si hace falta, replicó Doña Amalia Santos Perdomo.
¿Y porqué tanta limpieza?-
Ya sabes me da asco lo que hiciste...
Desconcertante relato donde parecen interaccionar dos personalidades diferentes.
ResponderEliminarBesos.
Hay un tercero.
EliminarGracias Amapola.
Besos.
Vaya....
ResponderEliminarQué fue lo que hizo?
Poner el ungüento.
Eliminar:)
no se si reirme o llorar
ResponderEliminarPues eso depende de cómo interpretes el escenario...
Eliminar