Se han ido las horas de los días,
hoy mi reloj se detiene por instantes.
La ceguera impide ver-te,
el implacable paso del tiempo.
Soy una viajera del tiempo,
y he visto sus ojos: negros.
He visto su boca.
Su pecho, su adiós.
Blog de María Gladys Estévez. Si supiera dónde se encuentra la verdad tendría otro comportamiento. No entiendo este modo de vivir.
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...
Hola Gladys, he llegado a tu blog desde el de Toro. Me gusta lo que escribes y cómo lo escribes. Yo tampoco sé dónde está la verdad, ni entiendo este modo de vivir. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarSaludos.
Al final, siempre el adiós...
ResponderEliminarSiempre, Toro, siempre.
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