martes, 9 de marzo de 2021

El ojo de una cerradura

 


Si la llave no está puesta cualquier persona que se percate de ello puede ver casi todo lo que se halle detrás, y lo que pase también;

cuando hay visitas para charlar, o porque alguien a caído enfermo. Tal vez porque se celebra un cumpleaños, o una pedida de compromiso.

Siempre habrán puertas cerradas en las casas, por ejemplo las de las habitaciones; pero en alguna de ellas no hay llaves, entonces es el momento en que alguien pide ir al baño y pasa por delante, y si su curiosidad puede más que las ganas miccionar, verá que ojo de la cerradura. Se inclinará un poco para ver lo que sucede detrás. 

Y como si el tiempo se detuviese se quedará ahí por un buen rato.

Y verá como alguien escribe cartas con una Parker, alguien que primero se queda observando la ventana porque empieza a ocultarse el sol, y el color ocre se adentra en la habitación, por lo que en esos momentos después de admirar lo que hay fuera decide comenzar a escribir: 

Mi muy querida Eloísa en cuanto los problemas que hay en la casa con la tía Eulalia, te prometo que estaremos juntas otra vez. 

No puedo olvidarte, jamás pensé que me llegaras a gustar de este modo tan poético: el sabor de tus besos, tu pelo, tus pecas, toda tú.


Se había quedado hasta el final, en que la mujer terminaría de escribir, y sabría lo que había dejado en los folios porque no podía escribir sin hablar, porque era tan intenso el amor que sentía que el silencio no sería suficiente.





 


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