Y como contrapunto esos hombres y mujeres
que pasean por cualquier parque y a cualquier
hora del día, rebosando altanería, con sus
rostros llamativos de pura belleza, con sus
cuerpos esbeltos y adornados
esplendorosamente , no discernirían con los
que caminan a la par y en la misma dirección,
en pos de ellos, porque cada uno de esos
hombres y mujeres tienen la medida justa de
los valores morales intrínsecos, transparentes,
tanto, que nada y nadie hubiere pensado cual
sería la diferencia; por lo tanto es tan hermosa
y abundante la paleta de colores, que toda esa
mezcla a veces aturde a los ojos, y emborrona
la vista ante tan magnánima belleza…
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