Pero las abejas no son dinosaurios, no lo son.
La razón por la cual hemos venido no era el querer que supieras esto. Yo lo que pretendo es que conozcas cosas, historias, anécdotas, y claro que no son dinosaurios, pero da igual, a veces las apariencias engañan, dijo Moli.
Son abejas y punto, replicó Eloisa.
Cuando lleguemos al pueblo compraré un tarro de miel. Es pura miel de la zona, verás que te encantará.
Yo nací aquí en Turrión. Aquí viví hasta que me independicé.
Después de treinta años he vuelto contigo, lo pasaremos muy bien. Mi infancia fue maravillosa: una niña libre con todo lo que necesitaba a sus pies. Correteando por entre huertas, entre las casitas, una loquita salvaje.
Queremos miel por favor, dijo Moli.
-¿Seguro que es buena?, no sé veremos cuando la pruebe, dijo Eloisa.
!Moli, Moli¡agitada, asustada-
¿Qué pasa?.
Un dinosaurio, un dinosaurio...
Ves, te lo dije, dije que las apariencias engañan-
El alcalde se acercaba dando bandazos por su corpulencia y gran barriga.
Espero que el dinosaurio/alcalde no trajera problemas.
ResponderEliminarNunca se sabe querido.
EliminarEn cierto modo, todo es posible con la metáfora.
ResponderEliminarBesos.
Así es Amapolita.
EliminarBesos.