martes, 22 de junio de 2021

Y delante mío se duerme el reloj de arena.

 


No sospecho nada, nunca

nada...

Y si delante mío se duerme

el reloj de arena, mayestática,

me pronuncio una adivinadora.

Sabía que pasaría, los relojes también

se duermen...



Anoche anduve soñando pisar

las empedradas calles de mi barrio,

descalza, atiborrada en recuerdos.

Pero el fluctuar de las horas llevaron

a este mi cuerpo volver, por saber,

en qué momento me quedé con tu

recuerdo, tu marca preferida. Tu boca.




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