Una se pregunta muchas veces por cosas que en algunos casos son importantes, y otros banales. Por ejemplo el caso de los jardines del Rey, un gran espacio verde y floreado, con una fuente esplendorosa. Diversidad de pájaros: pinzones azules. Estos los que más gustan a casi todo el mundo que para por allí. Algo también importante sería el trazado de la gran avenida, aún por hacer. Seguramente proporcionará alivio: el tráfico es excesivo.
Por otra parte muy significativo sería el edificio que está al final de la avenida, un inmueble muy antiguo, pero exquisito. Con maderas nobles por todas las habitaciones, pasillos, salones, que hoy en día pertenece a la prensa: El New Cost. Pero lo van a remodelar, claro está sin quitar su encanto, dijeron que habría que hacerlo porque alguna de sus columnas se había agrietado, y en los techos se aprecia algo de humedad.
De modo que decidió pasar unas hora en los jardines. Se sentaría en uno de sus bancos, que ahora ya no son los de antes. Un toque vanguardista.
Al cabo de un tiempo unos efluvios se colaron por la nariz, era olor a comida. No sabía muy bien de donde venía, por lo tanto se levantó y caminó por si atinaba.
Definitivamente provenía de unas chabolas que se hallaban detrás de los jardines del Rey.
Potajes, gofio, cilantro y ajos. Era maravilloso. Toda la familia unida compartiendo la comida.
-Hola cuanto tiempo, dijo Bety.
La llamada la había distraído de aquella imagen maravillosa.
-Si, que bien escucharte-
-¿Te parece que nos veamos hoy?.
-Claro que si, dijo-.
Un entrecejo se le había puesto del tamaño de un puente.
Una no puede pasear tranquila. Percibiendo olores y amores, dijo.
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