Usted prepáreme un Martini bien seco, pero oiga no se olvide de mí de rato en rato le quiero aquí, con lo mismo...
Y sin embargo, lo que más adoro de un árbol son las raíces; aunque viven debajo de la tierra son poderosas: el modo en que se aferran a la vida; la
belleza de sus venas, el torrente de caricias que se
liberan constantemente; la pasión de ellas al entrecruzarse, igual que los amantes más deseosos.
Un perfecto acto de la naturaleza, son los brazos de hércules. Una diosa hambrienta de la tierra.
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