Llueve tinta
por entre las lamas
de las persianas.
Ayer aquel colibrí
se hizo amigo
no le importó si yo
era o no de plumas.
Mi pelo anda revuelto
como si una miríada
de golondrinas
hubieran anidado
Es Estocolmo
una ciudad interesante
pero dudo
por eso vuelvo, siempre
vuelvo.
Al pie de mi valle
debajo de las majestuosas
montañas...
Llueve tinta por entre
las lamas de las persianas
desnuda me fijo
en todo, en el jardín
equivocado de sitio.
Más allá donde el mar
agitan pañuelos
al despedir
se.
Llueve hasta miedo.
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