Tanto tiempo
de mis ojos vendados,
mis oídos tapados.
Tanto, tanto.
Al ver cómo fue todo,
del mundo quise irme.
Al engaño sucumbí,
sin saber que era engaño.
Tanto tiempo de mis ojos vendados.
Y veo en el espejo mi yo de ahora,
la madurez se ha hecho mía.
Y hablé con ella,
y despertó.
Y hable con él
calló, calló...
Hay que mirar con el corazón, verdad?
ResponderEliminarBesos.
Si, creo.
EliminarA veces sucede que después de muchos años, alguien ha tenido doble vida delante de tus ojos, y no lo sabes hasta que un buen día te enteras. Y, si da mucha rabia, porque por aquel entonces mi juventud era radiante, esplendorosa. Y ahora en mi madurez pues en fin me eligió a mi, pero eso no es consuelo, eso es cobardía.
Besos mi querido y admirado adorado de mi vida.