miércoles, 18 de noviembre de 2020

Extremaunción

 


El sol había salido en la primera hora del alba.Un día de verano.


El bulevar  sin pisadas. Alguien limpia la avenida de palmeras, se escucha el frus, frus, de la rama.


Alguien abrió el gran ventanal labrado. Una ligera brisa se coló y besó su frente.

La noche silenciosa había transcurrido: de vez, en cuando, una respiración agitada, otras, muy pausadas. 

Un pañuelo refresca el rostro. Una mano acaricia. Un beso, y otro, suave, como el suave aleteo del ave vespertina oteando el mar.

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