Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

jueves, 17 de diciembre de 2020

Reuniones asertivas

 


Celestine intuía que algo se había olvidado, quizás no sólo una cosa, sino varias. Por eso ya llevaba un cierto atraso para acudir a la reunión.

De modo que, se quedó quieta dejando que fluyera todo, para luego volver tras sus pasos y dirigirse a la habitación. 

-Me faltan las gafas de sol, y dubitativa miró debajo de la cama.

-!Las botas¡, dijo (llevaba puestas las zapatillas de estar en casa).


Ella miró al espejo y sonrió por su falta de memoria (las prisas son malas consejeras), debió pensar.


Durante el trayecto planearía cómo iba a trascender dicha reunión.

Asistirán Noelia, la señora Ruz, el párroco, y el alcalde.

Miró al espejo retrovisor para ver si llevaba los labios bien pintados, con el color preferido, bien delineados. (Las pestañas postizas preciosas), un caramelo de café daba vueltas y vueltas dentro de la boca, el aroma que  desprendía le gustó. Tuvo que frenar en seco porque se había cruzado un ciervo, afortunadamente nadie había detrás de ella conduciendo, suspiró de alivio. 


-En mi opinión deberíamos empezar por un punto importante del acta, dijo la señora Ruz. (dijo eso porque al fin y al cabo era la que había puesto el dinero necesario para la fundación).


El párroco asintió mientras con un pañuelo evitaba que el estornudo abarcara toda la sala desplegando mucosidades impertinentes.

Noelia dijo que sí, que estaba en acuerdo ya desde el principio con todo lo que allí se discutiría (Es muy cómodo eso, pensó la señora Ruz).


El alcalde con una sonrisa plana y pilla dijo que, ( mientras  se admiraba porque le gustaba como le había quedado el traje), pues que la fundación era algo maravilloso y que todo saldría como habían planeado. 


Celestine observó a todos y pensó que cuando los fondos no faltan todo sale bien, hay celebración, y aplausos.


Los aplausos animan mucho. Las sonrisas también. 








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