miércoles, 2 de diciembre de 2020

No se come con la boca llena

 

Dijo la señora Díaz, porque si lo haces probablemente te ahogues, y te faltará el aire, y tu rostro se pondrá morado.

-¡Para!, respondio Louis. (Si hubiera podido, le habría dado con el trompo en la cabeza aprovechando un instante en que ella se giró para coger la costura).


En la plenitud de la vida con once años,  Louis jamás pensaría tal cosa. Podía engullir todo lo que se le antojaba, así que, siguió con verdadera ansia comiendo gominolas de tres, en tres. El trompo daba vueltas y vueltas, como el girar de la Tierra. Como el girar de los transeúntes, aquí y allá, a veces sin saber a ciencia cierta cuál será el lugar escogido: algunos irían a desayunar a la churrería del mercado, y luego mirarían la fruta y la verdura; carnes, y pescados, flores...


Ahora un mirlo se ha posado en el quicio de la ventana.

Louis dejó el trompo, y las golosinas en la alfombra de rombos verdes y rojos y muy despacio con bastante sigilo se acercó. 

Pudo ver cómo el mirlo lo miraba sin apartar la vista del muchacho. -Debes estar hambriento- dijo Louis. 


De modo que, volvió atrás y cogió una de las golosinas, las partió en pedacitos pequeños, y se las ofreció al pájaro que seguía sin quitarle la vista.

Se resistiría un poco, por lo extraño del sabor, pero después de un rato el sabor dulce le gustó. Se hicieron muy buenos amigos. 

Hoy lloverá y muy fuerte dijo la señora Díaz- (Louis la miró y una vez más le hubiera dado con todas sus fuerzas con el trompo). 

A veces los consejos son buenos, otras, muy repetitivos y no agradan, casi nunca agradan.


Y no te olvides de recoger tu habitación, ¿me oyes Louis?





5 comentarios:

  1. (me encantaron los paréntesis de Louis jajaja)
    Besitosssss 💕

    ResponderEliminar
  2. Un poquito harto, je, je.

    Besitos miles mi bella

    ResponderEliminar
  3. Bueno a fin de cuentas los niños todos hemos sido un poco así... Yo si hubiese podido, me hubiera llevado el mirlo a mi casa en una caja de zapatos con unos agujeros, solo para darle de comer. Ya lo hacía con los grillos que cogía en el campo. Un abrazo María

    ResponderEliminar

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...