La guerra se vivió de otro modo, (aniquilando todas las neuronas), puro serrín. Polvo disperso que se amontonaba obstruyendo la memoria. Se había creado una inmensa montaña de imágenes, palabras, todo ello sin sentido.
Obvio, dijo la cuidadora.
Lamentablemente asintió el médico, bueno mejor dicho la médica.
Ven hacia mí, no temas, dijo alguien de los que se encontraban en el recinto. Paso, a paso iría. Podía orientarse si se miraban a los ojos, de otra forma no se atrevería a dar un paso, porque las paredes y el piso se destruirían, como cuando un huracán.
Enfrente en el gran árbol unas tórtolas y mirlos picoteaban balanceando sus pequeños cuerpos llenos de plumas.
En la ciudad de La Laguna allá por los años ochenta, a principio de esa década, y al igual que ahora, el ambiente estudiantil rebosaba de labios rojos, de cejas perfectas, de gafas de colores. Holia a apuntes.
El camino largo lleno de palmeras a un lado y otro se confería una elegancia bastante atractiva. Desde la Iglesia de la Concepción se escapaban hilos de humo con olores de cirios. Velas y luces. Un Cristo crucificado. Fieles que llenaban hasta la esquina de los bancos.
Los jóvenes irrumpen en las ferias, en las discotecas.
La Tuna : cielito lindo, Mari Carmen...Representativa, mucho-
No quiero lazos, soy una mujer, dijo la joven.
Esa falda es muy pequeña.
Me la pondré, si que lo haré-
Antes de salir a las clases se miraba en el espejo y sacaba la lengua, un guiño que le hacía sonreír. (mientras bajaba las escaleras se quitaba las bragas, aquellas enormes bragas que le llegaban al ombligo. Las sustituía por unas tangas, (tenía varias en la mochila).
El olor a incienso y las risas de los estudiantes, y el tropel de pasos aquí y allá hacían que la ciudad se convirtiera en un gran carrusel, con caballos blancos, negros y pintos dando vueltas y más vueltas alrededor de las luces.
Anda ven no pares ya falta poco-
¿Qué te dije?, ¿Ves cómo has podido dar unos pasos más que ayer?
Si, claro que lo sé. Hace mucho que lo sé, mucho, se dijo para sus adentros.
A veces pienso que deberíamos habernos congelado en un tiempo pasado y vivir en él hasta el final.
ResponderEliminarCierto, yo también.
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