Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 28 de enero de 2022

La recogida de tomates.

 


Puedo verla, en cierto modo es como si me hubiera trasladado a esa época, y en verdad así lo siento. Yo estoy al lado de la niña y la observo, es una criatura preciosa.

Lleva ropa que le queda bastante larga: el faldón hasta los tobillos, una sombrera enorme que le cubre el rostro, casi. Permanece arrodillada afanada en recoger los tomates de las ramas. Es tan chiquita. La miro con dulzura, con complacencia. Alguien se pasea alrededor de la niña, es el capataz. Con un solo gesto de él, la niña se acomoda mejor y recoge como puede más rápido los tomates, sus manitas ahora parecen pequeñas palomas revoloteando entre las matas, no tiene dediles, en casa, esta vez no hay trapos para esos menesteres por lo tanto, a medida que pasa el día se van enrojeciendo, su boquita se seca y bebe agua. Tiene al lado un porrón que comparte con unas cinco niñas más.

Quiero abrazarla, quiero acogerla en mi pecho, qué lástima tan chiquita y trabajando.

Ahora el capataz se aleja, la niña mira los tomates con desconsuelo, tiene hambre.

Vamos coge uno, le digo susurrándole al oído. Como si en verdad me hubiera escuchado así lo hizo, y debajo de la sombrera y con la cabeza gacha para que nadie la pudiera ver se comió el tomate, vamos coge otro Volví a susurrarle, jaja es curioso, es como si en verdad me escuchara. Luego tomó agua como pudo porque el porrón pesaba demasiado, refrescó su carita los ojitos negros miraban a un lado y al otro por si volvía el aguilucho. La noche anterior su mamá le había curado unas pupas, y llevaba una venda alrededor de su tobillo. Una alimentación tan escasa provocaba en la niña esas incómodas erupciones., pero eran tiempos de posguerra y pocos alimentos entraban en la isla y mucho costaba cosechar, y poco para los más pobres.

Ay pero que bonita es, me dije, mientras la veía con sacrificio hacer el trabajo de mayores. Y pensar que en un futuro será mi madre...





2 comentarios:

  1. Tan tan bello tu poema y tantísimo nuestras madres. Se lo leíste?
    Besitos linda

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