Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

sábado, 1 de agosto de 2020

Veva



No es el Nautilus es una botella que flota en el lago. Por aquí no hay submarinos.Pero yo veo al Nautilus fijate en el periscopio, dijo. 

Era un lugar más, o menos bonito. Había
una gran enredadera en la fachada de la casa. Un jardín lleno de flores. Dos sauces, una lechería, y el lago que abrazaba  como dos brazos gigantes la casa. En las noches de verano el croar de la ranas, los coyoyos con su canto; el chapoteo de algún pez en aquellas mansas aguas hacían de aquel lugar un concierto para piano. Unos delicados dedos acariciando las teclas.

La juventud se había ido donde se van los recuerdos. Veva procuró, cuando se mudó de lugar, que los cuadernos de anotaciones, el diario, y el colgante con sus iniciales no faltasen. Siempre lo tuvo rodeando su cuello para luego dejarse caer entre sus pechos, como cuando se desnudan unas manos de mitones: delicadamente.

 ¿Quieres merendar?

Si, dijo.


Pero es el Nautilus, volvió a repetir.




4 comentarios:

  1. Dicen que envejecemos cuando dejamos de soñar, Veva es una soñadora :) Es Nautilus! Besitos querida amiga

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  2. El mejor de los sitios para guardar lo bonito, el recuerdo. Claro que es el Nautilus!
    Besitossss

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