domingo, 2 de agosto de 2020

Tarde de verano



Es posible que la chiqui esté triste porque su papi no llega aún. Es adorable. Jamás pensé amar tanto a un perrito.

Mientras tanto la tarde transcurre despacito, sin prisas. Un verano atípico por las circunstancias actuales, pero no deja de ser verano. Llevo derrochando horas desde esta mañana. Arrastrando sueño por una noche de insomnio. Pero no puedo dormir, siquiera cerrando los ojos, siquiera en el silencio más profundo. Las vacaciones aún no tocan a mi puerta. Quizás más adelante. Parece que estoy sitiada en un castillo sin puertas ni ventanas, pero no es cierto. Sólo tengo que caminar al balcón y ver el hermoso jardín lleno de hortalizas y flores; cañas de azúcar. 

Los pensamientos se vienen juntos. Es como girar, y girar en un tiovivo. Hasta puedo elegir cuál de ellos me gusta más. 

Aquel vestido se bambolea, la ventana está abierta y la brisa hace que cobre, por así decirlo, vida. Es rojo. Escote de pico.

Podría ser el espantapájaros que tenía mi abuelo en sus plantaciones, o, tal vez, una bandera pirata ondeando al viento. Barbanegra al frente del "Queen Anne's Revenge.

No quiero que pare la brisa, no quiero que el vestido deje de moverse. Los recuerdos siguen vivos en nuestros pensamientos. 

No quise guardarlo, ahí lleva cuatro meses. Quiero verlo cada día, acariciar la tela, quedarme recostada mientras suena música de piano, revivir esa noche cada vez que yo quiera.

Y me veo tomando el ascensor algo nerviosa. Pensando qué pasará cuando traspase la puerta. En realidad yo quería que pasara, quería devolverme parte de la vida. Volver a empezar, algo, que nunca sucedió. Por eso fue tan hermoso.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...