Ya sea durmiendo,o despierta, siempre se llevó todos los sueños que pudo: aquel cisne en medio del lago como un puñado de lirios cuando alguien los deja caer, se movía lentamente, algún giro buscando algo de comer, pero volvía a la orilla a besarle las manos.
El trotamundos que tocaba la trompeta en la esquina de la panadería, un sueño precioso ver cómo se inclinaba hacia el mismo lado, pausadamente dejando libres bocanadas de notas musicales que se extendían hasta el cielo, como las aves. Ver sus ojos llenos de vida, vida recorrida por muchos sitios, un placer, porque parecían dos mundos pequeños en medio de la nariz. El movimiento al compás de sus pies cuando rugía el grito de notas y más notas.
La señora parada delante de un escaparate. Sin mover un ápice de su cuerpo, y así todos los días. Probablemente admiraba algo inalcanzable para ella; pero era feliz de este modo.
Un beso, un beso que olía al mejor de los afeites, perfumes. Un beso todos los días a la misma hora en la plaza de la Candelaria.
Poco, a poco, los iba coleccionando. Durante mucho tiempo....
Es una bonita colección, aunque sea un sueño...
ResponderEliminarUn abrazo.
Otro abrazo de vuelta.
EliminarElla sí que sabe, recolectora de sueños
ResponderEliminarQué me gusta el sonido de la trompeta en el hervidero de la calle castillo
Besitos amore!
Si que es hermoso escuchar en la calle CastilloCastillo con ese hervidero, viendo al trompetista.
EliminarSi era feliz todo lo demás no importa.
ResponderEliminarBesos.
Besos de vuelta!
ResponderEliminarDos mundos situados encima de la nariz, bella descripción. Besos
ResponderEliminarBesos de vuelta Capitán!
EliminarHay suenos realmente
ResponderEliminarhermosos y que jamas
se olvidan.
Besitos dulces
Siby
Gracias por tu visita Siby.
EliminarBesitos dulces de vuelta para ti también