Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Te doy mi palabra

 

La noche se estaba despidiendo con el último bostezo. Se miró al espejo.  Se recogió el pelo con unas horquillas. La bata era de un algodón suave con fondo de pequeños barquichuelos. 

Se le había escapado una teta al intentar recoger la cesta de mimbre con toallas y sábanas que llevaban unos días esperando por lavar. Sonrió. Una ducha hizo que desaparecieran las pesadillas. Después de tomar un café se vistió con una elegante falda de un blanco roto y una blusa negra con una chorrera de volantes. Unas botas de tacón alto.

En el bolso llevaba una cajetilla de cigarros, aunque había dejado de fumar hacía mucho tiempo. También una petaca con un Arehucas. Para mojarse los labios en pequeños tragos. Una beretta por si la necesitara.

No era una venganza. Era un cumplir con las cosas.



"Para qué quiero tenerte

si te pienso."

2 comentarios:

  1. Querida amiga paso a saludarte y desearte buenos días. ¿Cómo va tu libro? Besitos

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    1. Pues hace un tiempo lo publiqué en Amazon formato digital. Es ese que ves en el lateral

      Mi Princesa Griega. Es una novela corta.

      Que tengas tú también un bonito dia amiga linda

      Eliminar

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