Un latir, un latir de corazón, se dijo cuando se vió entre la niebla. El espesor, la arboleda. La soledad.
A medida que se deslizaba por la planicie podía sentir eso, latidos. Como si de un mundo diferente se tratara. La sangre de los árboles recorrían sus raíces, sus ramas, sus hojas en un compás perfecto. Una orquesta con su director marcando las notas, ahora dos, o tres, aquí, ahora otras allí.
Entre ramas algún rayo débil se colaba acariciando el grito silencioso de ellas. A veces la congoja mientras seguía avanzando, otras la paz y la felicidad por ver la hermosura que regala la tierra.
Hades debajo de las raíces para su tormento, por tener que latir enterradas,(Nadie escucha, nadie sabe cómo viven), quizás su sino .
Ahora se sumerge aún más en el espesor de la niebla, de la arboleda. Pero los Titanes esperan.
Es la realidad. Es nuestro sino también...
El mío es leerte y suspirar.
ResponderEliminarTremendo texto, se siente ese latir!! Nesos
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