Mis pies descalzos caminan
por yuyales húmedos.
Nadie ve, nadie escucha,
y cómo he de morir ,
en el fango cuando llueve,
amasando la tierra.
Allá se oyen murmullos,
nada más.
Y yo sigo por muchos años,
en este lago, que a veces,
como un castigo prohíbe que muera..
Qué angustia...
ResponderEliminarEsa inmortalidad es una condena terrible.
Si...
EliminarMorirse es el final pero tu texto tiene la maravilla de estar vivo
ResponderEliminarGracias.
EliminarUn beso.