Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

lunes, 28 de abril de 2014

Escoger o quizás no

Hubiera escogido un precioso ramos de lirios, o quizás hubiera sido un gran abanico de rosas rojas y amarillas igual que el color de los rayos incipientes del sol al amanecer. Todo eso hubiera sido algo espléndido; algo muy importante para ella, si, eso debió de ser. Tendría una vivienda propia y un jardín para tender igual que una abundante colada, miles de flores silvestres y serían una gran alfombra.Quizás soñó con un largo viaje alrededor del mundo; o hubiera recogido algunas lágrimas y las hubiera rociado con incienso; y hubiera arropado esas lágrimas, pero no fue de esa manera. Todo sucedió tal y como ella quiso, tal y como se recorre un desierto lleno de espinas; de tierra hambrienta de lluvia; de un cielo oculto; gris; sin nubes. Eso fue lo que en realidad escogió y quizás hubiera llegado a tiempo esa cálida lluvia, y ese cielo azul hubiera desplegado sus colores como despliegan sus alas las mariposas...,

10 comentarios:

  1. Cada día podemos escoger, no todo, pero si lo primordial.
    (yo también quiero un jardín para tender!)
    Besitosss

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  2. Hay personas que pudiendo vivir entre flores, eligen la tierra árida,desiertos de espinas, cielos grises...Tal vez para compartir la vida dura de otras gentes, o tal vez para entender lo que es importante en la vida y no distraerse en jardines de flores que siempre se marchitan.
    Hay gente que tiene sus razones para elegir la tierra seca; razones que no podemos comprender.

    Un dilema en la vida de las personas, digno de una profunda reflexión.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Gracias por tu extenso y bello comentario, Fanny..
      Eres un encanto.

      Un abrazo.

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  3. Me gusta esa frase final donde se despliega "las alas de mariposa" tu protagonista.
    Un abrazo.

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  4. Me hizo acordar tu texto, de un cuento de Juan Rulfo, la tierra que nos dieron...árida y desértica. Un abrazo. Carlos

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