martes, 8 de abril de 2014
El hombre que llevaba un Rolls-Royce
Seguramente pensaría que aquella señora no se sentiría feliz, porque sólo saldría a la calle para ir al mercado o a la floristería. Pensaría también que no se sentiría feliz porque sólo tendría un vestido que lavaría todos los días y tendría algún cosido de más. ¿Dónde espera la felicidad? ¿Acaso en una mina de diamantes? Quizás nunca le preguntó si el aroma de las rosas, o la calle de adoquines que hubo recorrido diariamente; observar los puestos del mercado adornados con toda clase de artículos y las sonrisas y saludos que hubo obtenido en aquellos lugares, propiciaron toda la felicidad del mundo.
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...
En las pequeñas cosas está la felicidad, no lo dudes nunca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre tan amable y generoso, Rafael
EliminarAbrazo.
Bueno es lo que hay...
ResponderEliminarBesos.
Si...
EliminarBesos.
Esto sí que es un enigma, besos.
ResponderEliminarBesos de vuelta Amapola Azzul.
EliminarHola, María:
ResponderEliminarTodo es según el color del cristal con que se mira, la felicidad no solamente está en lo material.
Me alegra conocerte,
Abrazos.
Gracias Rafael, eres muy amable.
EliminarAbrazos y gracias por seguirme.
Ya lo dijo un poeta: un corazón grande se llena con poco.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias y otro fuerte abrazo...
EliminarNo siempre los lujos dan la felicidad. Un beso
ResponderEliminarCierto, Eva.
EliminarUn beso.
me deleitan los textos coros es facil leerlos
ResponderEliminarMe ha encantado encontrarte
Gracias por tu visita y agradable comentario...
EliminarSaludos cordiales.
La felicidad existe cuando no se tiene mayor deseo que ser feliz. Hasta entonces, nos tocará sufrir.
ResponderEliminarBesos.
También es cierto,...
EliminarBesos de vuelta para ti.