Pensó que si aquellos geranios de color naranja se hubieran arremolinado en el patio; si una fuente por muy pequeña que pareciera hubiera estado allí también, y sus destellos de luz y sus chispas de agua convertidas en perlas, dispersadas por todo el lugar, hubieran sido la felicidad de la casa, se habría encargado ella misma de alquilar un remolque inmenso donde cupieran todas esas cosas y llevarlas allí. Entonces todos los que habitaron la casa por aquellos años les hubiera crecido una sonrisa, desde que la luz irrumpiera por todas las ventanas, hasta que esa misma luz se hubiese retirado entre las picudas rocas o, por el hermoso horizonte. Se dijo: Aunque el patio se hubiera vestido de gala, nada podría brillar, cuando el silencio lo aborda todo, todo..., Entonces es igual que presenciar un bombardeo sobre una ciudad y después llorar al verla en ruinas...,
Es posible que así hubiera sucedido, aunque pudo ser en un tiempo mejor y pasado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizás sea asi , Rafael
EliminarUn abrazo.
Dos poemas han nacido mientras te comentaba.
ResponderEliminarGracias.
Eres una musa de primera.
Besos.
Caramba, Toro, muchas gracias...
EliminarBesos.
Precioso, un beso.
ResponderEliminarImpresionante imagen.
Gracias Amapola Azzul..
EliminarUn beso.
EXISTEN SILENCIOS MONSTRUOSOS.
ResponderEliminarILDUARA
Cierto, a veces , si...
ResponderEliminarBueno...la nostalgia de lo que hubiera podido ser...eso de las ruinas como producto de un bombardeo...què buena metàfora. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo ..