Aquel árbol contenía entre sus frondosos tallos innumerables hojas, cuya hilaridad crecía y crecía en el avance de la tarde. Los pájaros campaban a sus anchas saltando con verdadera presteza de rama en rama, y todos y cada uno de ellos piaban y piaban con el alboroto de los jóvenes y con las risas de las personas que desean ser felices.Todo ello se veía desde la ventana de aquella señora. Pasaba largo tiempo contemplando esa imagen imperecedera; esa imagen que tanto le gustaba y que jamás se diluiría, siempre que ella se empecinara en recordarla con el mismo alboroto e inquietud de aquellos pajarillos...,
Los pajarillos son esos regalos que nos da la naturaleza para disfrutar. Como un campo de amapolas o de margaritas.
ResponderEliminarBesitos guapetona
Besitos para ti también linda mujer...
EliminarSi...
ResponderEliminarUn beso.
Besos de vuelta...
EliminarCierto que depende de uno mismo, seguir oyendo los pájaros...
ResponderEliminarUn abrazo, María.
Otro abrazo para ti Fanny.
EliminarEntre el día y la noche se asoman las sonrisas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias siempre Rafael.
EliminarAbrazos.
Lo bueno es mantener esa actitud de disfrute porque le da brillo a la Vida....
ResponderEliminarSeguramente si Lao...
EliminarEsa eterna melancolía,debió de ser un tiempo maravilloso,
ResponderEliminarespero que tu presente se llene de sonrisas
abracitos María
Poco, Ramón...
EliminarAbracitos de vuelta para ti también.
Ahora los estoy escuchando yo , un beso.
ResponderEliminarY, un abrazo también.
Otro beso y otro abrazo, Amapola Azzul.
ResponderEliminarTienes una capacidad inmensa para transportarnos a las escenas que describes. De nuevo, felicidades.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias de veras,...
EliminarUn beso.
Como una pintura real de un árbol nidado de pájaros. UN beso. Carlos
ResponderEliminarGeneroso siempre, Carlos.
EliminarUn beso.