Pareciera que al fin hubiese encontrado el lugar ideal; el perfecto tejer de las horas. Pareciera haber realizado todo lo que por aquellos años se había propuesto. Dignamente las horas en la cocina preparando cordero; dignamente en el jardín cortando lilas para aquel bello jarrón pintado a mano, obtenido en una subasta y con gran satisfacción había ocupado un lugar importante en el salón de la casa (en la encimera de la vieja chimenea)ora esperando las sinceras felicitaciones por los alimentos, ora aspirando el oloroso perfume.
En resumen, habría cierta contradicción cuando paseaba por la avenida llena de palmeras y algún drago; habría cierta inquietud ¿Demasiado benevolente?, se dijo. Hubiera escapado por la puerta de atrás, pero esa puerta no era la adecuada, luego entonces: Los guisos, las lilas...,
Es mejor la puerta principal, Un beso.
ResponderEliminarMuy bello relato.
Gracias Amapola Azzul
EliminarBesos
Y todo estaba allí, entre los aromas de aquel guiso y los ventanales empañados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias siempre Rafael,...
EliminarAbrazos siempre.
Esa sensación es efímera, pero cuando se consigue es una gozada.
ResponderEliminarBesitos amiga
Creo que si ...
EliminarBesos cálidos de vuelta amiga.
Siempre queremos algo más.
ResponderEliminarSomos inconformistas por naturaleza.
Besos.
Ese no era el punto de vista, pero igualmente agradezco tu paso por mi casa y te mando un beso desde Tenerife.
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