Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

martes, 22 de abril de 2014

El té de las cinco



Casi siempre hay algún silbato que avisa: El de la tetera; el del policía de esa avenida organizando el tráfico; el silbato del maestro para ordenar la fila de chiquillos. Lo que en realidad queremos en muchas ocasiones es que deje de sonar para no tener que despertar; porque durante el sueño nada tiene que pasar, nada ha de organizarse.

8 comentarios:

  1. Tú té de las cinco es precioso, te invito al mío que no es tan poético como el tuyo, pero no está mal.

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  2. Es cierto lo que dices y solemos vivir muy pendiente de la hora.
    Un abrazo en la noche.

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  3. Silbatos, órdenes, normas...
    Todos en fila toda la vida.
    Y sin rechistar.

    Besos.

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