Parecía que sonreía cuando se la veía entre geranios o, cuando miraba buscando un mar inexistente. Luego un camino de barro cubría sus pies y de la mano de la pequeña Olivia que dirigía sus pasos, llegaban al océano de sueños cada tarde y tomaban asiento en el borde de la roca.
Es precioso este poema, relato o cuento, me ha encantado. Bello .
ResponderEliminarQuizás sea un pensamiento...
EliminarGracias Amapola Azzul
Besos.
O un sueño convertido en mar¡¡¡¡
Eliminarbesos¡
Un sueño de mar tan bonito como e de la realidad.
ResponderEliminarGracias Tracy...
EliminarBesos.
El mar nunca nos es extraño,,,lo soñamos, así sea en un lodazal de barro. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarOtro abrazo, Carlos.
EliminarY seguro que estaba soñando, aunque quizás no se daba cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizás, Rafael...
EliminarAbrazos.
La espera ante el mar, aunque éste sea imaginario, entraña la añoranza del reencuentro.
ResponderEliminarCierto, Marcos...
EliminarY se quedó en ti.
ResponderEliminarBesos.
Besos de vuelta , Toro...
EliminarSon momentos de ensueño; el pensamiento regresa los recuerdos y recrea un futuro imposible que solo existirá como un sueño de belleza.
ResponderEliminarMuy poética prosa.
Un abrazo.
Otro abrazo de vuelta y muchas gracias Fanny...
Eliminar¡Cuánta poesía hay en tu escrito María y que bonito!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita.
Besicos muchos.
Gracias a ti.
EliminarBesicos!!