Dejé la cámara en el suelo, preferí no hacer fotos;
cubrí su cuerpo con la cazadora que se
anclaba a mi cintura. Sus grandes ojos verdes me miraron con una belleza
indescriptible. La media luna asomaba tímida. El bombardeo cesó y cuando volví
la cabeza para acomodarlo entre mis brazos, pude ver las estrellas reflejadas
en su pupila, dormida.
Bella imagen la que describes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael
EliminarUn abrazo
...."el bombardeo cesó"..... me conmueven tus palabras, con silencio las acompaño Aniagua...
ResponderEliminarGracias mi querido amigo en la distancia...
EliminarUn final de lo más poético.
ResponderEliminarBesos.
Gracias , Toro.
EliminarUn beso.
Al poderoso dramatismo del texto, sólo queda añadir un corolario. Ningún fotógrafo profesional "preferiría" no hacer fotos. Ninguno.
ResponderEliminarAsí está el patio, sin duda otra forma de bombardeo.
Abrazos, siempre
Gracias, Amando...
EliminarAbrazos siempre también
uhhh!! cuanta intensidad,y que realismo,mas que letras,son imágenes
ResponderEliminarabracitos
Gracias , Ramón..
ResponderEliminarAbracitos..
Momento íntimo como pocos y como dice Amando no cualquiera sabe respetarlo.
ResponderEliminarBesito amore
Besitos para ti mi querida y bella amiga.
EliminarUN TEXTO BREVE Y MEMORABLE.
ResponderEliminarGRACIAS QUERIDA AMIGA POR ESTAR SIEMPRE, POR VENIR A TOMAR EL TÉ VIRTUAL PARA COMPARTIR ALGO DE LO MUCHO QUE TODOS ME DAN, POR TUS PALABRAS. UN BESO GRANDE.
Gracias a ti por ser tan generosa...
EliminarUn beso grande para ti
Como todo requien lleva una inmensa carga de tristeza. A pesar de ello aprecio al final del relato un cierto toque de esperanza con el reflejo de las estrellas en sus pupilas. Intenso, muy intenso.
ResponderEliminarEspero, Aniagua, seguir leyéndote. Te he descubierto a través de un comentario que me has dejado en mi blog "El vaho en los espejos" y he decidido conocer tu trabajo.
Un abrazo
Muchas gracias María José.. y gracias por seguirme
EliminarUn abrazo