jueves, 31 de octubre de 2013
Irene
En la habitación un silencio sordo, en la cama postrada, ella, con su calidez. Entre sus pálidas manos lleva un rosario perlado, que alguien unos minutos antes había confiado.
Unos suspiran, otros lloran y, la luz de los cirios en la blanca pared dibuja volubles siluetas angelicales. Fuera de la estancia, a través de la ventana vestida de tules negros, el decrepitar de las ramas del olmo blanco que arremete contra el ventanal como si quisiera entrar en la alcoba y, arropar con sus hojas el cuerpo inerte.
Ella, era la primavera, la mujer alegre, templada, que dejo mecer en brazos amorosos su cuerpo candente, vivo, tierno. Esa noche, esa misma tenebrosa hora, Irene exhaló su último aliento, el viento cesó y un perfume a lirios inundo la estancia. Había muerto la mujer y se incorporó el ángel, que sutilmente se alejó y allí quedaron los avenidos rezando plegarias, sin saber que Irene se había convertido en lo más precioso, en el más bello y sereno ser.
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...
Me encanta tu forma de escribir. Y el final de este relato es perfecto. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Alicia, me alegro que te haya gustado
EliminarUn abrazo
Es bonito el relato a pesar de ese final triste, pero con la esperanza en ese ángel que se incorpora, al final, vuele hacia la luz y el amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tus palabras Rafael...
EliminarUn abrazo
¡Menudo relato! Es triste y muy poético; coincido con Alicia en que el final es lo más bonito.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Lu
EliminarOtro beso.
Si, a veces sucede...
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Toro...
EliminarBesos.
Una linda forma de describir la muerte,tienes un don para describir el entorno de manera sencilla,
ResponderEliminarabracitos maría
Gracias Ramón, eres muy amable
EliminarAbracitos
Fantástico Aniagua, esos cirios, el perfume de las flores, los tules, los suspiros, los llantos, el rosario entre sus manos, el tránsito del alma... Has hecho una fotografía perfecta.
ResponderEliminarLa rama me ha recordado a Cumbres Borrascosas.
Un beso.
Gracias Ana, me alegra que te haya gustado,
EliminarY que te haya recordado a Cumbres Borrascosas..uf ya quisiera yo.
Besos
Hola Aniagua, buenas tardes,
ResponderEliminarun final que dio paso a un hermoso y encantador comienzo...
Te deseo un maravilloso fin de semana
un beso y un abrazo de viernes
Igualmente te deseo un maravilloso fin de semana Ariel y un beso y un abrazo de viernes
EliminarMe ha gustado mucho, esta lleno de ternura y de delicadeza tu relato, Un Fuerte Abrazo, amiga.
ResponderEliminarGracias Amapola Azzul
EliminarUn beso enorme
Propio de estos días... y la "ilusión" de no acabar definitivamente aquí, como algo caduco, sino transmutar en un ser `pleno de belleseza. Como tú.
ResponderEliminarUn abrazo, isleña :)
Ah qué bien verte Mariluz!!
EliminarAbrazotes enormes.