Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Invocación



Sonrió ante el espejo. Se veía bonita, su pelo recién lavado, y una nariz respingona. Veinte pecas  adornaban su cara igual que unos topitos bordados en fieltro. Llevaba puesta una camisa tres tallas más grandes  cubriéndoles los dedos de las manos, un vaquero roído y unas bambas azules. Volvió a sonreír, ésta vez atusando la larga melena negra; alzándola para recoger en un moño la mitad, la otra, caería en cascada hacia el lado izquierdo del cuello. Había aceptado el reto en el instituto el día anterior:   Bloody Mary,  Bloody Mary,  Bloody Mary, Bloody Mary,  Bloody Mary. El cristal estalló en mil pedazos diseminando por toda la habitación los topitos.




Con éste texto participo en el III  certamen de relato corto del blog: Esta noche te cuento
http://estanochetecuento.blogspot.com.es/

14 comentarios:

  1. "...igual que unos topitos bordados en fieltro". Preciosa expresión. Delicadeza, ternura y crudeza llenan el relato de vida y muerte... Como esos topitos diseminados por la habitación.

    Un fuerte abrazooo...

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  2. Mucha suerte¡¡¡
    El relato lo merece¡
    Un abrazo, y feliz semana.

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  3. este tierno relato refleja tu alma sensible Aniagua!!!

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  4. Aniagua, éxito con este excelente micro, sensible como el cristal que atraviesa.
    Un placer renovado leerte
    Un abrazo

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  5. Tiene tu sello: tierno e imprevisible. Yo te daría el premio. Besitooooo

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