jueves, 31 de octubre de 2013
Irene
En la habitación un silencio sordo, en la cama postrada, ella, con su calidez. Entre sus pálidas manos lleva un rosario perlado, que alguien unos minutos antes había confiado.
Unos suspiran, otros lloran y, la luz de los cirios en la blanca pared dibuja volubles siluetas angelicales. Fuera de la estancia, a través de la ventana vestida de tules negros, el decrepitar de las ramas del olmo blanco que arremete contra el ventanal como si quisiera entrar en la alcoba y, arropar con sus hojas el cuerpo inerte.
Ella, era la primavera, la mujer alegre, templada, que dejo mecer en brazos amorosos su cuerpo candente, vivo, tierno. Esa noche, esa misma tenebrosa hora, Irene exhaló su último aliento, el viento cesó y un perfume a lirios inundo la estancia. Había muerto la mujer y se incorporó el ángel, que sutilmente se alejó y allí quedaron los avenidos rezando plegarias, sin saber que Irene se había convertido en lo más precioso, en el más bello y sereno ser.
martes, 29 de octubre de 2013
Violetas en diciembre
Una puerta sigue a otra de vidrios opacos, una fila de voces susurran en la habitación y la cama tiene faldones de algodón y descansa dormido un cuerpo oliva; un rostro con el surco de los días. María dijo: Por entre las sábanas blancas la piel que amé y que amo, dormita. Una niña dijo: Los jueves la veo llegar con los dulces en sus manos y camina por la vereda de flores verdes , de hojas verdes. La frente se llenó de besos de todos los labios que susurraban y esos hermosos ojos esmeraldas se quedaron dentro de un marco plateado, sonrientes, jóvenes.
domingo, 27 de octubre de 2013
Agua de lilas
Recorre las baldosas amarillas con ardornos; tic tac dice un reloj de un ojo enorme y un péndulo que se balancea igual que un columpio. Una trenza negra se acomoda y recorre la piel morena y besa la cintura y ella ríe porque falta poco para llegar al último trecho, porque está él, inmortal con un rostro sepia, con una sonrisa que parece un piélago...
sábado, 26 de octubre de 2013
Ella
Ese olor que lo impregna todo se cuela y me lleva de la mano sin voluntad alguna al trono donde espera con impaciencia. Yo, que me enorgullezco de ser un noble y valiente caballero me diluyo convirtiéndome en un misero mendigo, que queda atrapado entre sus muslos sedientos, esperando que mi lengua rebase y llegue al torrente cálido de su sexo. Entonces implacable cercena mi cabeza, que rueda amontonándose en un rincón con las demás…
viernes, 25 de octubre de 2013
Dulces pazapanes
Mezo en mis brazos gorriones de blanco plumaje y acompaña la música de la brisa que se cuela en el porche. Cada luna llena una nueva nana, un piar nuevo.
jueves, 24 de octubre de 2013
Ausencia
Me sentí atraída por el coro y el olor a
incienso. El portalón crujió y pude sentir cómo le dolían los siglos. Lentamente
caminé por el largo pasillo de mosaicos con escenas de la liturgia; el eco de
las voces envolvía el templo abrigando sus frías paredes.
Los rostros se mostraban borrosos, algunos lloraban incansables. Por mucho que quise no pude reconocer a nadie. El olor de los cirios cada vez era más intenso, una niebla de humo bordeaba el féretro. Me acerqué temerosa. El anillo de plata con incrustaciones de zafiros que recibí por mi aniversario, se encontraba en uno de sus dedos. Mis rosas preferidas adornaban su pecho y en la primera fila, se encontraba él, con la mirada perdida.
Los rostros se mostraban borrosos, algunos lloraban incansables. Por mucho que quise no pude reconocer a nadie. El olor de los cirios cada vez era más intenso, una niebla de humo bordeaba el féretro. Me acerqué temerosa. El anillo de plata con incrustaciones de zafiros que recibí por mi aniversario, se encontraba en uno de sus dedos. Mis rosas preferidas adornaban su pecho y en la primera fila, se encontraba él, con la mirada perdida.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Paseo
Ella miró el océano que llegaba hasta la balaustrada. Estaba a salvo, porque aquella mano grande cobijaba con ternura la suya. Ni el rugir de la olas con sus lenguas que azotaban, ni las campanadas replicando podían soliviantar su corazón...
martes, 22 de octubre de 2013
La higuera
Matilde merienda conmigo todas las tardes. Alzo la mano y recojo la fruta y sonreímos igual que la luna cuando se llena de luz.
lunes, 21 de octubre de 2013
Vuelven
Las rosas volvieron a salir como todos los años y todos ellos vistieron cada estación, y los cubiertos y los platos en la cocina se acomodan en la mesa como cada día.
domingo, 20 de octubre de 2013
El sembrado
Pensar en ayer hace que todas las voces vuelvan para recorrer todo lo que poco a poco quiero. Y puedo ver un llano cubierto de espigas, de pisadas y de risas.
jueves, 17 de octubre de 2013
Octubre
La llovizna ha dejado un reguero de perlas traslúcidas que cuelgan del pecho de todas las farolas. Un azul matizado recorre la línea del horizonte y miles de peces voladores salen a la superficie. Los rorcuales desayunan dos pisos más abajo y los delfines cuentan historias del día anterior, mientras surcan en bellos y ondulantes movimientos la inmensidad del piélago. Los pasos de los transeúntes llenan poco a poco los mosaicos salitrados, deambulan de un lado a otro, como si una ceguera repentina se instaurara en ellos; mejor dicho, como si una ceguera genética poblara sus ojos desde el nacimiento.
Los ansiosos rayos de sol se internan por todos sitios, vespertinos dedos tocan con sus yemas iluminadas las alas de las gaviotas, el embarcadero repleto de chalanas, y traspasan las perlas traslúcidas y las colorea; también iluminan los rostros de un bermellón suave, qué lástima que no puedan verlo. Hay ninfas que repiten los vocablos que reverberan dentro de la lonja con sonidos burlescos.
Hay rostros que parecen racimos de pasas, otros, de redondos cachetes insuflados durante largos días de toda clase de encurtidos y azúcares y, que gesticulan a duras penas. Una jerga de locuciones se expande en ondas sonoras y se multiplican cuando estallan en las paredes, en las esquinas.
Centellea el pescado sin aliento sobre los grandes expositores. Los faldones de las pescaderas se tiñen de púrpura a medida que avanza la mañana. Fuera, el rumor de las olas se convierte en un coro de voces, que en avanzadilla, golpean simultáneamente los desdentados muros.
Los ansiosos rayos de sol se internan por todos sitios, vespertinos dedos tocan con sus yemas iluminadas las alas de las gaviotas, el embarcadero repleto de chalanas, y traspasan las perlas traslúcidas y las colorea; también iluminan los rostros de un bermellón suave, qué lástima que no puedan verlo. Hay ninfas que repiten los vocablos que reverberan dentro de la lonja con sonidos burlescos.
Hay rostros que parecen racimos de pasas, otros, de redondos cachetes insuflados durante largos días de toda clase de encurtidos y azúcares y, que gesticulan a duras penas. Una jerga de locuciones se expande en ondas sonoras y se multiplican cuando estallan en las paredes, en las esquinas.
Centellea el pescado sin aliento sobre los grandes expositores. Los faldones de las pescaderas se tiñen de púrpura a medida que avanza la mañana. Fuera, el rumor de las olas se convierte en un coro de voces, que en avanzadilla, golpean simultáneamente los desdentados muros.
miércoles, 16 de octubre de 2013
Destellos
Esa estrella que pende del cielo guiña el ojo, y me dice que eres tú, amigo. Habitas donde la serena quietud.
domingo, 13 de octubre de 2013
Ecos
Es corto el recorrido para llegar
a la cocina que no tiene puerta. La
tostadora de café endulza el hogar y los granos dan vueltas en círculo de
izquierda a derecha o viceversa; y los
cristales ahumados son igual que los
ojos de abuela, que a éstas alturas no
tienen ganas de ver el mundo. A menudo la veo inclinada inhalando las pequeñas
chimeneas que escapan del café trasudado. Tomy, recibe una pisoteada y sale
huyendo escaleras arriba donde los geranios. Se acerca el invierno y una fila
de hormigas recorre la pared de losa verde, y ya en suelo se apropian de las
migas de pan de los bocadillos de la merienda, en el techo, brillan pequeños
farolillos producidos por la reverberación del sol en las cubetas de agua
cristalina, afuera, en el patio. Las esmeraldas
de sus ojos me miran sonrientes y al mismo tiempo alarga la mano para ofrecerme un vaso de leche
tibia, en ese momento somos cómplices, las dos. La despensa lleva un vestido de cuadros azules
que termina en una puntilla bordada, dentro, el perfume de unas naranjas y de las
guayabas acrecienta todos los olfatos.
El molinillo de café tritura los
granos y es un ronroneo agradable lleno
de romanticismo, ella vuelve a sonreír, ésta vez, sola.
En la mecedora de nogal se queda
dormida, y regresa a tantos caminos recorridos, tantas noches de besos, y
muchos días de lágrimas; desvelos y resignación.
sábado, 12 de octubre de 2013
Alisios
Todos los picos de la montañas a éstas horas están siendo amados por las enormes bocanadas de aire. Entre ellos una cascada de nubes despliega sus largos dedos y recorre la llanura, hasta terminar sobre el suelo de la bella y roja tierra.
viernes, 11 de octubre de 2013
Ayer
Una niña siempre me acompaña; yo pensaba que caminaba sola, ella, ha estado a mi lado siempre. Es tan maravillosa su sonrisa, y tiene un pelo negro que brilla igual que un sol. Duerme a mi lado y cuando no, yo la extraño.
martes, 8 de octubre de 2013
Réquiem
Dejé la cámara en el suelo, preferí no hacer fotos;
cubrí su cuerpo con la cazadora que se
anclaba a mi cintura. Sus grandes ojos verdes me miraron con una belleza
indescriptible. La media luna asomaba tímida. El bombardeo cesó y cuando volví
la cabeza para acomodarlo entre mis brazos, pude ver las estrellas reflejadas
en su pupila, dormida.
domingo, 6 de octubre de 2013
En algún momento
Cuando florecen los flamboyanos la plaza parece un lienzo de tornasolados tonos. Viene sonriente, con presteza, con sus ojos menudos y el vaquero de siempre, el de todas las estaciones. Y llegan sus brazos para socorrer los míos, que llevan una torre de papel fotocopiado. La alfombra de adoquines cubre la plaza; hay dos hileras de ellos desdentados, con dolor de huesos; el sol hace rato que acaricia los lomos de los tejados y las ramas de los árboles que parecen sonreír. Transcurre la mañana entre el fragor de los golpes de las teclas, de los timbres de teléfonos; de nuestras voces, de un ir y venir agitado. A lomos de mi caballo blanco te llevaré por los prados. Yo le devuelvo una sonrisa afirmando. El texto justificado, Times New Roman y tamaño de fuente doce. Píe de firma y fecha. Los informes impresos esperan en la mesa; les doy la última puntada, los doblo asimétricos y los introduzco en los sobres. Quedan en pequeños montoncitos, igual que la ropa doblada y recién planchada. Parece que llueve, son las primeras gotas del otoño. Él vuelve siempre, lo hace desde que una madrugada marchó no sin antes despedirse sonriente, con un beso y con el vaquero de todas las estaciones.
viernes, 4 de octubre de 2013
Chispas
Desde hace tiempo ya no estoy sola. Los días se regresaron conmigo y llenaron mi patio de risas y del sabor de las naranjas y la música de las folías. Desde mi ventana puedo ver aquellos ojitos verdes que desprendían chispas junto al millar de estrellas.La puerta que daba al jardín sigue abierta, esperándome.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Invocación
Sonrió ante el espejo. Se veía bonita,
su pelo recién lavado, y una nariz respingona. Veinte pecas adornaban su cara igual que unos topitos
bordados en fieltro. Llevaba puesta una camisa tres tallas más grandes cubriéndoles los dedos de las manos, un vaquero
roído y unas bambas azules. Volvió a sonreír, ésta vez atusando la larga melena
negra; alzándola para recoger en un moño la mitad, la otra, caería en cascada
hacia el lado izquierdo del cuello. Había aceptado el reto en el instituto el
día anterior: Bloody
Mary, Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary. El cristal estalló en mil
pedazos diseminando por toda la habitación los topitos.
http://estanochetecuento.blogspot.com.es/
martes, 1 de octubre de 2013
Caramelos
El envoltorio es de diferente color, por eso, cada uno de ellos cuenta una historia diferente.
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...