Habría que, pero no.
Que si en el cine se estrena una película nueva, o dos, o tres. Que si ha granizado este fin de semana sustancialmente, que si los granizos eran enormes. Que si el cielo se ha cubierto de un manto negro esperando arrojar con fuerza el lago de agua que contienen. Por otra parte la noticia de la mujer longeva : ¡110 años!. Una buena noticia para la portada de la prensa. El puerto repleto de barcos, unos más grandes, otros más chicos, pero ahí están por unas horas.: los visitantes se reparten por toda la ciudad.
La lonja repleta de peces brilla por la gran cantidad de escamas, relucen más, porque los rayos del sol se adentran a primera hora de la mañana y son como lamparillas de papel, flotando sobre ellos…
El día a día de una ciudad los aconteceres, algunos los mismos, otros como la gran noticia, la expectante y relevante noticia : ¡Se han descubierto siete nuevos planetas!.
Pero si nos detenemos un instante el pecho se encoje al ver la cantidad de vehículos que inundan las calles, habría que empezar a prohibir una importante cantidad de ellos para que no colapsen las calles, para evitar esas grandes colas que tanto agobian. Habría que abrir más peluquerías, más gabinetes de sicología. Habría que dibujar un rio, sobre todo en nuestro interior…
Abría, abría, abría de suceder.
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