Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

jueves, 6 de marzo de 2014

Sinfonías




En algunos momentos aparece un revolotear de notas musicales por encima de nuestras cabezas; cada una de ellas sugiere algo diferente: Un soneto para soñar; un comienzo de estación; leer cómodamente un libro tumbados  en una otomana; olas que juegan para pillar los dedos que pasean por la arena casi blanca; un jolgorio de infantes con sus ojos recién llegados; las puntillas de un mantel regado con ensalada y sopas; la ropa limpia, olorosa; un largo paseo por alguna vereda sin recorrer aún. Entonces ese pentagrama de sonidos se esfuma y deja mil sabores y sensaciones y es igual que un picnic cerca de un lago calmo, transparente.


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