Parece como si alguien de los que respiran dentro del ascensor llevaran bromo en sus pulmones en vez de un limpio oxigeno de burbujas; y es evidente porque irrita los ojos y algunas gargantas carraspean. Seis pisos se elevan hacia el cielo, seis paradas; en la tercera probablemente ya se deja de toser; hasta la quinta y luego la sexta todo vuelve a su normalidad- ¿normalidad? Un dúo de señoras se empeñan en cuidar dos o tres macetones, ellos, emulan un jardín; falta la luz del sol; falta el aire puro. Podrían desaparecer las paredes grises y podría volver a renacer la hierba tamizada en el suelo de esa torre de ladrillos que se desvanecería con un soplo de nuestras bocas, si así deseáramos que hubiese sido; pero sigue ahí alzándose a un cielo que ignora que debajo suyo pueda haber tantas torres, tantas ventanas queriendo abrazar no sé que estrellas. Hay rasgos de tristezas detrás de esa mampara de cristal, ese rostro que golpea las teclas, todo debidamente correcto; con sus puntos y comas; con sus puntos y aparte; golpea, golpea, golpea... (ya veo su lágrima furtiva). Pasos que fluyen, pies bien vestidos con piel, con tiras anchas por encima de los dedos recorren varias veces la misma distancia desde una mesa a otra y luego algún despacho. La máquinas dejan salir impresos los folios con transcripciones elementales; fechas; límites de plazos. Huele a café y alguien lleva un bizcocho en las manos. En esos momentos las sonrisas salen de las bocas; alguien dice que repetirá el dulce; alguien cuenta alguna noticia y todos comentan y casi todos sonríen; pero ¿Quien?, nadie sabe realmente quien sonríe sinceramente. Ósculos se reparten; cada uno a su sitio, recogen otra vez el papiro donde se dibujaba aquella sonrisa.
"...Y mientras, un teclado es el espectador impotente y mudo de todo lo que sucede..."
ResponderEliminarUn abrazo.
Podría ser Rafael...
EliminarUn abrazo.
Este espacio me parece hermoso Yo ya le he puesto madreselvas
ResponderEliminarGracias, amiga (leí escuchando La Esfera)
Sé de lo que hablas; más porque así me lo has hecho ver. No conozco el olor del bromo, pero lo he sustituido por el del cloro.
ResponderEliminarQue palabra tan fea, la de 'ósculo', para algo tan bonito. La verdad es que te ha quedado perfecta como colofón; junto aquella 'sonrisa'.
Muchas gracias bixen, me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos cordiales.
La sinceridad no pasa por su mejor momento con los humanos.
ResponderEliminarBesos.
Cierto es, Toro.
ResponderEliminarBesos.
¡qué maravilloso texto para descubrir tu blog!...lleno de personalidad y de imágenes literarias que no dejan indiferente. Seguiré pendiente de Aniagua...Un abrazo
ResponderEliminarGracias Patricia , muy amable.
EliminarUn fuerte abrazo.
El ascensor es un espacio incómodo por su estrechez, pero eso mismo pasa en ámbitos abiertos. Tal vez por eso buscamos el anonimato en Internet. Tal vez.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Tal vez, Juan, tal vez.
EliminarSaludos cordiales.
La sonrisa está en el aire...
ResponderEliminarUn beso para tim precioso post.
Enhorabuena.
Gracias Amapola Azzul
EliminarOtro beso para ti.
Me bajo en la cuarta que también espera un bizcocho con café y sonrisas forzadas.
ResponderEliminarUn besito y una sonrisa abierta
Otro besito y otra sonrisa abierta ,amiga.
ResponderEliminarRealmente, una muy buena descripción de cualquier día de trabajo, de lunes en ascensor, de martes en teclas de ordenador, de miércoles de mampara de cristal, jueves de cafés y bizcochos y viernes de sonrisas laboralmente correctas.
ResponderEliminarMe ha encantado, Ani.
Un beso.
Me alegra que te haya gustado, Marisa
ResponderEliminarUn abrazo.
Domingo, es un domingo. Digo yo.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Si...
EliminarAbrazos siempre.
La vida junta al ser humano para lo social, pero en el tratamiento no todos miran al otro con simpatía o visiòn humana...es la envidia, o la ambición que se disimula con la sonrisa. UN abrazo. carlos
ResponderEliminarAbrazos siempre Carlos. Gracias por tus visitas.
EliminarEn un mundo materialista donde solo tiene valor cosas creadas por humanos nadie sabe si una sonrisas son verdaderas o fingidas. Un abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Sotirios
EliminarUn fuerte abrazo.