Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

domingo, 2 de marzo de 2014

Un mundo bipolar huele a violetas

Seguramente la copa de cristal lleva ahí dos días, aún con huellas y con posos secos y ramificados. Alguien la tuvo entre sus manos, alguien sorbió y alguien dejó que la esquina resultara ornamentada por el difuso dibujo del cristal. La oquedad de la pared; de la mesa y la silla; de una ventana acristalada y enrejada, nada es nada en huecos, pero visibles a la vista de quien pueda entrar y arreglar todo un poco; recoger el visillo, anudarlo y levantar la persiana; deslizar suavemente el plumero por dos imágenes sepias, una de ellas parece que late, aún. Un paño blanco de algodón recorre la mesa de nogal y coloca dos o tres libros que  parecieran haberse despeñado.El tic tac del reloj y el vaivén del péndulo, y ahora las campanas de la iglesia; un último repaso y queda ese olor a limpio, igual que cuando se tiene un ramo de violetas en los brazos y se eleva a la nariz para absorber la fragancia. Los desayunos esperan en un lado y otro y los pies calzados se aproximan para ocupar cada silla. Hay un coche en la puerta, hay una parada del bus cerca; las mochilas, y las prisas acuden a otro día. La puerta se cierra igual que la tumba de Khonsu; la misma copa de cristal en la esquina y el mismo lugar, hueco.

12 comentarios:

  1. Hay que limpiar la copa y dejarla lista pàra otro momento.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Entre la imaginación y la realidad, a veces, se crea una fina capa de polvo que hay que quitar, sobre todo si no nos deja ver esos huecos que pueden resultar imprescindibles.
    Bello relato, como siempre.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Te digo lo de siempre, María; es un poético relato de cosas cotidianas; esta vez me gusta esos dibujos que deja el vino en la copa de cristal; son evocaciones silenciosas de algo que fue.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Son los fantasmas de la memoria los que acuden a ocupar los huecos... Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias por tu visita, Ana...
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Las cosas nos hablan, y se pegan en nosotros con el gusto de los buenos recuerdos. Saludos. Carlos

    ResponderEliminar
  7. Grata tu visita prolongada a mi blog
    Gracias , Carlos...

    ResponderEliminar

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...