martes, 4 de marzo de 2014

Desde la Laguna hasta donde el mar ruge

No fueron las nubes grises lo que le impidieron ver el sol, probablemente fue la distancia que separaba aquellos años, a los de ahora, concretamente,  hoy. Esa burbuja de sueños deseados se había escapado entre sus dedos igual que las pompas de jabón, e irremediablemente inalcanzables una vez que se hubieren disipado. Durante el trayecto las palabras que salieron zumbaban aquí y allá, y rebotaban en las esquinas del auto; ¿Estuvo deliciosa la comida, verdad?...El mar viene con fuerza , es de fondo por la manera en que sus olas arremeten; parecieran anegar primero las altas rocas y adentrarse en la plaza, hasta la Iglesia.-Dijo la mujer-Si, en verdad la comida estuvo bien- Dijo la otra mujer-De pronto la burbuja que Julius había deseado siempre  regresó a su cabeza y el recorrido que aún faltaba por llegar se disipó y sus oídos se cerraron hacia dentro; sólo escuchaba aquellas voces, aquellos días en que un mar inmenso, azul, con las gaviotas en el aire picoteando cada pico de cada ola; aquel arrecife que le hubiera gustado descubrir, transparente como un cristal o como un lago limpio de lodo, había anegado todo su interior. ¿Realmente importaba la merienda posterior a la comida?.

12 comentarios:

  1. Quizás no importaba esa nota final y sí las palabras del alma que se esperaban.
    Un abrazo en la noche.

    ResponderEliminar
  2. Había que sentir la voz del mar, el andar de las gaviotas y no prestar la atención a la comida..... el mar estaba hablando con fuerza, inspirando respeto

    ResponderEliminar
  3. A la pregunta final, un no como respuestas. Aunque sea un hecho fisiológico imprescidible, no sólo de pan vive el hombre, el alma también ha de nutrirse; y qué mejor manera de hacerlo que con toda esa belleza que describes con tu acostumbrada sensibilidad y buen hacer literario.
    Un beso, María

    ResponderEliminar
  4. Qué halagador comentario el tuyo María José.

    Otro beso para ti.

    ResponderEliminar
  5. Vuelvo uno sobre sus pasos, y se encuentra conque aquellos viejos lugares, tenìan otros encantos, que sòlo ahora se perciben...UN abrazo. carlos

    ResponderEliminar
  6. ESos viejos lugares sobre los cuales uno veulve, y les encuentra encanto, que nunca vio hogaño...Un abrazo. Carlos

    ResponderEliminar

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...