La habrían nombrado una perfecta señora a carta cabal; la habrían dotado del mejor regalo con lazos dorados envolviendo todo el paquete, que brillaba igual que una estrella en junio, con un cielo despejado en la oscura profundidad. Alguien dijo: ¿Habrá alguna explicación? Seguramente asintieron con la cabeza, o, quizás, simplemente nada salió de las bocas de aquellos rostros que se encaramaban para observar el lago donde reposaba con serena quietud, ella.
"...Y mientras la luna buscaba el alivio de las sombras para dormir también de su jornada..."
ResponderEliminarUn abrazo.
Bello, Rafael...
ResponderEliminarUn abrazo.
Como una estrella de junio...en medio del silencio y el asombro.
ResponderEliminarHermoso texto.
Muchos abrazos.
Gracias Rayén por tus bonitas letras...
EliminarMuchos abrazos para ti también.
Un buen sitio para el final.
ResponderEliminarBesos.
Quizás...
ResponderEliminarBesos.