Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Prosa para ella, 1910





No muchos años antes la pude ver sonriente y con un ensortijado
rebumbio en su cabeza que después fue gris.
Charlestón,  inviernos de hambre, Charlestón,  veranos de hambre.
Era bajita , era valiente y su boca no hablaba de miedos, no hablaba de horas vacías.
Cortejada y aparente felicidad se fue feliz con muchos descendientes,
muchos de ellos tienen ahora su recuerdo, yo su nariz chata y respingona, y su carácter.

16 comentarios:

  1. Hola María, me ha encantado sobre todo la parte aquella de: "era bajita, era valiente y su boca no hablaba de miedos". Dicen que los grandes perfumes se guardan en frascos pequeños y que razon tiene el dicho castellano aquel porque asi sucede. Que tengas unas bonitas fiestas y por favor, no cambies nunca que lo haces realmente bien :)

    Besos,
    Francisco M.

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  2. Bella imagen la que ofreces en este recuerdo de ese ser querido que aún está presente en el corazón de la protagonista.
    Un abrazo.

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  3. La mejor memoria que he leído, tras una prosa poética, sobre quien no solo nos parió, sino nos heredó algún trazo físico. UN abrazo. Carlos

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  4. Bonitas palabras en homenaje a una parte de nuestro propio ser que nunca se irá, pues seguirá manifestándose por generaciones.
    Besitos amiga

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  5. Nos quejamos de tiempos difíciles a veces sin reconocer los auténticos sacrificios de supervivencia de nuestros progenitores, todo recuerdo agradecido, es poco.

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  6. Siguen con nosotros cada vez que los nombramos o recordamos.

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